martes, 10 de marzo de 2009

La crisis provoca que cada supermercado de Lleida ‘cace’ a 60 ladrones al mes

Lleida - Alfonso L. Congostrina 2009-03-10

La actual crisis ha hecho que el número de pequeños hurtos en los supermercados leridanos aumente vertiginosamente. Los últimos datos judiciales elevan a 15 los pequeños robos semanales que sufre cada uno de los supermercados de Lleida. Lo que se traduce en que cada mes son 60 los robos, por supermercado, que acaban con una persona detenida o identificada por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Atrás quedaron los hurtos que no fueron interceptados por los vigilantes de seguridad o los propios trabajadores de los centros comerciales. El incremento de este tipo de delitos, cuya causa parece ser la crisis, ha hecho que se colapsen los Juzgados de Guardia de Ponent pero también han quedado saturados los agentes de los cuerpos policiales.
El problema es fácilmente deducible. Los últimos datos del Ministerio de Trabajo e Inmigración aseguraban que la demarcación de Lleida contaba a 28 de febrero con 21.826 parados. Lleida ha sumado cada día 28 nuevos parados en el último año. La prestación al desempleo la reciben menos de 13.000 personas y de estas más del 13 % dejaran de recibir esta prestación antes de abril. Ante estas situaciones, la propia experiencia asegura que aumenta uno tipos de delincuencia y uno de ellos es el hurto en supermercados.
Si la crisis hace aumentar este tipo de delincuencia los perjudicados son, dejando de lado las miserias de los que hurtan por necesidad, los supermercados que ven como aumentan las personas que se llevan productos sin pasar por caja.
Los vigilantes pueden interceptar algunos de los autores de estos hurtos. Acto seguido se ponen en contacto con algún cuerpo de seguridad del estado. Estos pueden identificar al acusado abrir un atestado y derivarlo al Juzgado de Guardia o detenerlo, sobretodo si en el arresto ha habido un atentado a la autoridad, y mantenerlo en el calabozo hasta pasarlo a disposición judicial precisamente en Juzgado de Guardia, también.
Aún así, los responsables del supermercado deberán enviar a un trabajador hasta la comisaría para formalizar la denuncia del hurto. El asalariado debe dejar su trabajo y trasladarse a las dependencias policiales para formalizar la denuncia.
En Lleida cada ocho días cambia el Juzgado de Guardia. Es decir, comienzan un martes y acaban el martes de la siguiente semana. Los Juzgados que hacen las labores de guardia en Lleida son los cuatro de Instrucción.
El problema es que con los cambios legislativos aumenta desmesuradamente la carga de trabajo.
El verdadero problema radica, sobretodo, el fin de semana. A los fenómenos delincuenciales “normales” debe sumarse que el juzgado exclusivo de violencia de género no hace guardias por lo que los detenidos acusados por este tipo de vulneraciones a la norma declaran ante el juez de guardia. A estos detenidos debe sumarse aquellos relacionados con la seguridad en el tráfico. De todos los anteriores también puede pasar que no fueran detenidos pero que en instrucción se les brinde la oportunidad de celebrar un juicio rápido en el que acepte el delito cometido y asuma una pena reducida. A todo lo anterior debe sumarse los pequeños hurtos, 15 en una semana, y las faltas cometidas que suelen juzgarse los martes al cerrar la guardia.
Todo lo anterior representa un aumento del trabajo en el juzgado pero con el inconveniente de que la plantilla no ha aumentado.
Esto provoca que se prolonguen detenciones por imposibilidad de agilizar el trabajo y que los altos funcionarios tengan que tomar decisiones un tanto apresuradas que vinculan el destino de los acusados.
El colapso es considerable y según algunas fuentes consultadas el problema “ no ha hechos más que empezar”.

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