domingo, 22 de marzo de 2009

De ciudad en ciudad a la espera de encontrar empleo



Dos parados recorren albergues de media España hasta llegar a Huesca, donde les espera un trabajo en un hotel de Bielsa
Jesús Vico León y Santiago Arteaga, son dos jóvenes a los que la crisis les ha hecho mucho daño. Jesús trabajaba como vigilante de seguridad, mientras que Santiago tenía un negocio de hostelería en Zaragoza y de la noche a la mañana ambos se quedaron en la calle. Su situación fue empeorando progresivamente y ya llevan dos meses viviendo en la calle. Por suerte, los contactos de Santiago en el mundo de la hostelería les han permitido encontrar un trabajo en un hotel de Bielsa (Huesca), en el que les darán alojamiento y al que se incorporarán proximamente.
Hasta entonces, su forma de sobrevivir es ir buscando cobijo de albergue en albergue, con el fin de no dormir en la calle.
El problema es que en dichos albergues sólo se puede dormir unos días (tres en el caso de Albacete), por lo que han ido cambiando de ciudad a ciudad, para dormir bajo un techo, como explica Jesús Vico. «Estamos haciendo tiempo hasta que podamos incorporarnos al trabajo y vamos de una ciudad a otra buscando cama en los albergues. Pedimos dinero y en Cáritas nos han ayudado con los billetes».
Hoy han llegado a Albacete por la tarde, pero al llegar al albergue no ha habido suerte y han tenido que dormir en la calle.
El frío de las noches de invierno en Albacete, les ha llevado al cajero automático de La Caixa de Martínez Villena 14-16, donde los he encontrado a punto de echarse a dormir y donde me cuentan su difícil situación.
«La cosa está mal»
«La cosa está muy mal, además ahora la gente nos mira como si fuéramos delincuentes y simplemente somos personas que nos hemos quedado sin dinero y que no tenemos nada y lo único que estamos haciendo es pedir algo, para poder ir a trabajar».
Su ruta parece interminable. «Salimos de Cuenca. Hemos estado en Guadalajara, Ocaña, Aranjuez, Puertollano, Alcázar de San Juan, Córdoba, Andújar y Albacete y ahora nos vamos a Zaragoza y Huesca». Además del hambre, también han tenido que enfrentarse al frío y a la desesperación, como nos cuenta Santiago. «Salimos de Cuenca y bajamos hacia el sur en busca del buen tiempo, pero nos pilló todo el temporal. Llevamos dos meses en la calle, porque mi negocio se fue al traste y nos hemos visto a obligados a vivir así. Esta vida es durísima, estoy harto, el otro día estuve a punto de tirar las bolsas al Guadalquivir. Lo llevo muy mal».
Por suerte, el final de su periplo está cerca. «Hoy es el primer día que hemos dormido en Albacete y hemos venido al cajero, pero nos han dicho que mañana hay dos plazas en el albergue, por eso iremos allí a las seis de la mañana y estaremos aquí tres días».
Luego irán a la ciudad de Zaragoza, donde esperan pasar menos penurias. «En Zaragoza nos dejan dormir siete días en el albergue y luego como yo tengo amigos, pues me iré metiendo un día en cada casa y así esperamos aguantar hasta que empecemos a trabajar. Estamos deseando empezar a trabajar y olvidarnos de todo esto».

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