martes, 24 de marzo de 2009

El autor del crimen disparó con el arma que utiliza por su condición de escolta


M. J. ÁLVAREZ | MADRID
Es un avezado tirador y maneja varias armas. Además de ser vigilante de seguridad es también escolta privado y está también en posesión del carné para practicar el tiro olímpico o cualquier otra modalidad deportiva, según ha podido saber ABC. Ese es el perfil de José Luis T. C., de 38 años y origen español, el presunto autor material de la muerte del dominicano Luis Carlos Polanco Peralta, de 23 años, al que asestó dos tiros por causas que están siendo investigadas.
El supuesto homicida tenía todas las licencias -la «C»- y defensas reglamentarias dada su doble habilitación como personal de seguridad privada. De hecho, cuando fue detenido la noche del viernes, además de llevar el permiso correspondiente en vigor, portaba el arma de fuego. Se trata de una pistola, una Glock, la oficial que utilizan los escoltas privados. Nada que ver con la manejada por los vigilantes de seguridad, un revólver calibre 38, que, además, nunca pueden sacar de su puesto de trabajo, salvo excepciones muy concretas que están reguladas en la ley y en el reglamento de la Seguridad Privada de 1992 y 1994, respectivamente.
«Siempre deben dejar el arma en cuestión en la correspondiente armería o cederla al compañero del turno siguiente, pues no es personal, sino del puesto de trabajo», explicó a ABC Francisco Lahiguera de Alternativa Sindical. Algo similar sucede con los escoltas privados, que solo en circunstancias muy puntuales, pueden custodiar su arma reglamentaria. Y es siempre con la pertinente autorización.
En cualquier caso, lo ocurrido el viernes pasado parece escapar a las funciones del personal de seguridad privada citado. «Se trata de la acción de algún desequilibrado o de alguien que no está en su sano juicio», coinciden los portavoces del sector de UGT y CC.OO., Rafael Saldaña y Javier Torrejón». Estos representantes de los trabajadores de la seguridad privada, junto al de Alternativa Sindical, subrayan que para tener una licencia de armas «hay que someterse a determinados controles que se repiten cada año con una periodicidad distinta. En el caso de los vigilantes se hacen pruebas cada seis meses -prácticas de tiro-, y en el de los escoltas, cada tres. Además, a los cinco años hay que renovar el carné, y es cuando se incluye un ejercicio psicotécnico». ¿Es suficiente?
En este caso parece que no. Se desconoce si el supuesto autor material estaba de baja laboral o en activo. De estarlo, «habría una clara ausencia de evaluación de riesgos laborales por parte de su empresa. Y para colmo, tenía varias licencias de armas», critican otras fuentes.
Este no es el primer episodio sangriento en el que se ve involucrado un vigilante. El 9 de enero de 2006, en el edificio de Correos un trabajador del sector mató a tres personas y luego se quitó la vida.

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