lunes, 30 de marzo de 2009

En busca de protección: la crisis ofrece nuevas oportunidades a las empresas de seguridad


No hay mal que por bien no venga. La crisis económica y el aumento del paro han disparado la sensación de inseguridad entre algunos sectores de la población, que demandan mayores medidas de vigilancia y protección. Además, muchos vigilantes de seguridad acreditados que trabajaban en otras profesiones han vuelto al sector.

La crisis está provocando hechos contradictorios, algunos de los cuales podrían beneficiar al negocio de la seguridad privada. Por ejemplo, el aumento del paro y la falta de recursos de una parte de la sociedad para llegar a fin de mes están provocando también un crecimiento en los índices de delincuencia, según afirma Fernando Moreno Maíz, director comercial del Grupo Seguriber.

Esto puede dar lugar a que el resto de los ciudadanos "tengan sensación de inseguridad, busquen formas de protección y recurran a las empresas de seguridad, demandando medidas de protección contra intrusión, video-vigilancia, etc.; líneas de negocio que están teniendo un crecimiento moderado, ya que su motor anterior era la construcción y ésta se ha parado".

Mayor selección
Otra de las ventajas para el sector es que el aumento del paro ha liberado de otras ocupaciones a vigilantes de seguridad acreditados, que vuelven al sector demandando un puesto de trabajo en su antigua profesión. También la caída de la demanda y la reducción de servicios por la situación de determinadas empresas está permitiendo que exista un mayor número de vigilantes dispuestos a trabajar.

Con todo ello se ha solucionado de golpe el mal endémico del sector de la vigilancia, la falta de operativos, que a mediados del 2008, presentaba un déficit de 20.000 vigilantes. Así, las empresas de seguridad están ordenando sus plantillas y pudiendo hacer selección donde antes se hacía reclutamiento.

Pero ante esas dos circunstancias positivas, no cabe duda de que las empresas de seguridad también son una parte más del entramado industrial del país, por lo que están sufriendo la situación en la que se encuentra éste. Y está claro que si una gran empresa busca reducir costes, es muy probable que uno de los candidatos a ello sea su gasto anual en seguridad, ya que no se trata de una actividad meramente productiva.

Otro problema que sufren de forma especial las empresas de seguridad en la situación actual es el incremento de la morosidad y el retraso en el pago, lo que hará que sólo las empresas con una buena gestión en el pasado y con un buen músculo financiero en el presente puedan soportar la financiación de los costes basados principalmente en mano de obra que no permite aplazamientos.

Especialización
Una de las estrategias para afrontar la crisis es la especialización. Desde la Asociación Profesional de Compañías Privadas de Servicios de Seguridad (Aproser) aseguran que el sector ha adquirido grandes niveles de profesionalidad, sobre la base de una progresiva especialización al servicio de los clientes. Así, afirman que cada vez se prestan servicios más específicos y de mayor valor añadido.

"Han surgido nuevos segmentos en el mercado como el aeroportuario o las infraestructuras de transporte. El proceso de protección de las infraestructuras críticas es una llamada adicional a la mayor calidad de los servicios de nuestras empresas. Asimismo, en los últimos años se ha progresado en la prestación de servicios que integran hombres y tecnologías".

Otro de los ámbitos que cada vez se está especializando más es la seguridad contra incendios. El presidente de Tecnifuego-Aespi, Rafael Sarasola, explica que la evolución de este sector ha sido muy favorable en la última década. Los datos del último estudio de mercado correspondientes a 2006 estiman la facturación durante ese ejercicio de 2.538 millones de euros. De esta cifra, 1.560 millones corresponden a la protección activa y 978 millones a la pasiva. Hay que tener en cuenta que aproximadamente un 10% corresponde a la exportación del sector.

Salir para sobrevivir
Sin embargo, en el último trimestre de 2008 y lo que va de 2009, "la crisis financiera, junto al aumento de los costes de producción y la caída del consumo, están incidiendo en las ventas de las empresas, por tanto, reduciendo los márgenes y creando graves daños al sector de seguridad contra incendios". Según Sarasola, aunque en 2008 no se ha hecho el estudio de mercado, "en las diversas reuniones sectoriales las empresas expresan su preocupación ante la situación actual, sobre todo en el aspecto de impagos y en el parón de la actividad en áreas como la construcción".

En esta situación, la debilidad de la demanda nacional incita a la búsqueda de nuevos mercados fuera de nuestro país, que compense la disminución del nivel de producción del consumo interno. "Pero todo ello permanece condicionado a una mejora en la competitividad, lo que convierte en indispensable una muy especial atención a la formación, la investigación, desarrollo e innovación tecnológica de las empresas, la regulación del mercado y la homogeneización normativa en busca de la excelencia".

La mejor forma de hacer frente a la situación económica es marcar el factor diferenciador. Para ello, la estrategia a seguir es la defensa del propio mercado, el desarrollo del ámbito de la normativa y la inspección y control por parte de las autoridades. Según Sarasola, todas las áreas de la protección contra incendios están experimentando una evolución y adaptación de las tecnologías tradicionales hacia una mayor especificidad. Asimismo, destaca la mejora en la rapidez y fiabilidad de los sistemas de detección, que incide en una mejora en los tiempos de evacuación y en la actuación de los sistemas de extinción.

Fuente: El Economista
28/03/09

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