viernes, 5 de diciembre de 2008

Una ex vigilante del Reina Sofía inicia una huelga de hambre en la terminal

Mónica González Brevers, madre de cinco hijos y empleada de la empresa Seguridad Integral Canaria hasta noviembre de 2006, comienza hoy, a partir de las 9:00 horas, una huelga de hambre en el aeropuerto del Sur. Reivindica la revisión de su despido, que fue declarado improcedente, y la devolución de su puesto.

N. VIZOSO, S/C de Tenerife
A partir de las 9:00 horas de esta mañana, Mónica González Brevers, una ex empleada de la empresa Seguridad Integral Canaria, adjudicataria de los servicios de vigilancia privada en el aeropuerto Reina Sofía-Tenerife Sur, comienza una huelga de hambre en la terminal de la instalación aeroportuaria en señal de protesta por el acoso que dice sufrir por parte de la Guardia Civil y con el objeto de reivindicar su puesto de trabajo, del que fue despedida en noviembre de 2006.
Esta madre de cinco hijos y activa sindicalista relata que la empresa la despidió después de que se produjera un desencuentro laboral con una compañera de trabajo, esposa de un sargento de la Guardia Civil. A partir de ese momento, dice haber sufrido el acoso de la Benemérita destinada en la instalación aeroportuaria hasta el punto de que, tras reincorporarse de una baja laboral el 5 de febrero de 2007, la empresa la citó a una reunión el día 9 donde le comunicaron que su reincorporación en el aeropuerto no era posible puesto que la Guardia Civil no la quería allí debido a su conflictividad. Ante esto, la trabajadora denunció esta situación por considerarla una modificación sustancial de su condición laboral.
A todo ello, Mónica González Brevers denuncia que "me presentaron una carta de despido basada en un texto de la mujer del Guardia Civil en la que se me tachaba de acosadora y en un oficio falso del Ministerio del Interior firmado por el sargento de la Guardia Civil que es parte implicada en este caso".
Sin embargo, pese a que el 5 de diciembre de 2007 se celebró el juicio en el que el despido fue declarado improcedente, la empresa sigue sin reincorporarla a su puesto de trabajo. Mónica dice sentirse como moneda de cambio entre la empresa -ya que como sindicalista ha denunciado diversos incumplimientos laborales- y la Guardia Civil, y dice que ha teni-do que llegar a esta medida desesperada para intentar conseguir que se revise el expediente de su despido, ya que su situación económica comienza a ser delicada.
"He sido víctima de un abuso y lo peor es que se hiciese un escrito a mi empresa pidiendo que me echasen de mi centro de trabajo en el que se recogen comentarios como que soy de estatura baja o que mis compañeros se dejaban llevar por mis argucias sindicales", denuncia la ex vigilante.
el dia.es

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