jueves, 5 de marzo de 2009

Global Control promete a la plantilla el pago de 200.000 que sólo saldará la nómina de enero

Los empleados de la empresa de seguridad seguirán el encierro hasta cobrar los sueldos pendientes
La empresa de seguridad privada Global Control, que tiene su sede en Finestrat, ingresará 200.000 euros para liquidar las nóminas de los trabajadores pendientes del mes de enero, aunque es posible que quede algo de remanente para efectuar pago correspondientes al mes de febrero. Esa es la conclusión que se desprende de la reunión mantenida durante el mediodía de ayer por los directivos de la empresa y los tres representantes sindicales de los empleados por la mercantil.

No obstante, la medida tiene carácter poco más que de parche, ya que esta cifra solamente permitiría hacer frente a los pagos pendientes del mes de enero y parte del de febrero, aunque la empresa adeuda a sus trabajadores las mensualidades de estos dos meses mas el de diciembre, además de la paga extra de Navidad.

Los cerca de 200 empleados que secundan la medida de presión del encierro para lograr que la empresa liquide las nóminas pendientes continuarán con el mismo hasta que la empresa liquide su deuda con ellos. Entre ellos se hallan afectados por los impagos el personal de seguridad -que es el grueso de la plantilla-, el de administración, el que controla la central de alarmas e incluso el personal que lleva a cabo el servicio de limpieza y mantenimiento.

El representante de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI·F) en el comité de empresa de Global Control, Rafael Zapaté, aseguró ayer a LAS PROVINCIAS que "estamos esperando a que ingresen la cantidad para repartirla entre los trabajadores", después de haber dado un "voto de confianza" a la dirección, que les afirmó que "el problema tiene dos formas de solucionarse", aunque no revelaron a los delegados sindicales las medidas concretas para ello.

Las esperanzas de los trabajadores están puestas en que el ingreso que prometió ayer la empresa llegue cuanto antes -podría ser en la mañana de hoy-, puesto que después de tres meses sin cobrar, su situación económica empieza a causarles serios problemas.

No en vano, muchos de ellos deben poner dinero de su bolsillo para costearse la gasolina y acudir a trabajar, puesto que los empleados de Global Control, a pesar del encierro, continúan asistiendo a sus puestos de trabajo-relevándose por turnos para continuar con el encierro-. La perspectiva de no acudir a trabajar y ser despedido procedentemente pesa más que el esfuerzo para lograr el pago de las nóminas atrasadas.

Según Zapaté, la última situación de impago se debe a que la semana pasada "la empresa amplió capital, aunque uno de las participantes se retiró y no la pudieron hacer". Por ello, "no pudieron cumplir el compromiso" de liquidar la deuda el 28 de febrero, hecho que, unido a la reiteración en el incumplimiento de los plazos por parte de la mercantil de seguridad, detonó el encierro de los empleados.


96 horas de encierro
Hoy se cumple el cuarto día de encierro de los trabajadores de la empresa de seguridad privada Global Control. Algunos de ellos llevan casi 96 horas de encierro en la sede de Global Control, en el polígono industrial de Finestrat. Afirman que se trata de una medida que viene precedida por un año de incumplimiento de pagos por parte de la empresa, a pesar de lo cuál no han dejado de cumplir con su trabajo. Por ello, piden lo que han ganado con su esfuerzo, ni más, ni menos.

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