domingo, 15 de marzo de 2009

El Parque del Agua se cerrará por la noche para evitar daños y proteger su área más sensible


El ayuntamiento acordará los horarios con los vecinos, la Policía y los negocios ubicados en el recinto El recinto se vallará en verano. Tampoco se descarta contratar algún servicio de seguridad privada
I. MUÑOZ. Zaragoza

El Parque del Agua se vallará este verano para proteger su área más sensible -unas 60 hectáreas- de posibles actos vandálicos. Además, se aumentará el número de cámaras de vigilancia ya instaladas en el recinto y se baraja, incluso, la posibilidad de contratar algún servicio de vigilancia privada para evitar que los gamberros puedan dañar el área natural y las instalaciones de recreo.



Será el Ayuntamiento quien decida los horarios de apertura y cierre, tras reunirse con las fuerzas de seguridad, los responsables de los negocios ubicados en Ranillas y los propios vecinos. El arquitecto que diseñó en su día la zona verde, Iñaki Alday, ha elaborado ya el proyecto de vallado y espera que el cercado pueda ser una realidad a mediados de agosto.

En todo caso, el director del recinto, Alberto Ipas, asegura que la valla "no implica que el parque se cierre a cal y canto". Como explica, "solo se restringirá el paso en determinadas fechas y horarios concretos". Para ello, se levantará un cerco de 350 metros de largo, en el que se aprovechará parte de la valla que delimitó el recinto de la Expo. Una longitud pequeña si se tienen en cuenta las enormes proporciones de la zona de ocio.



Pero son las propias características del terreno, con numerosas barreras naturales, las que facilitan esta reducción del impacto estético. De hecho, los múltiples viales que ofrece el parque han obligado al equipo de Iñaki Alday a proyectar hasta quince puertas de acceso, que van desde las peatonales -de 1,03 metros de anchura- hasta las tres puertas correderas dobles -de 8,60-.



Finalmente, la zona acotada será -como muestra el gráfico que ilustra esta página- la que va desde la Torre del Agua hasta el otro extremo del meandro, de tal forma que servicios como el campo de golf o el balneario, o la misma explanada donde este año se celebró la Cincomarzada, quedarán libres de acceso. En cambio, habrá otros negocios que sí acabarán encerrados por la valla, que tendrá 2,5 metros de altura.



Ante los posibles problemas que esto pudiera generar, Alberto Ipas aclara que los horarios más restrictivos se darán en las noches de invierno, cuando estos negocios están cerrados. En verano, serán los propios empresarios que quieran estirar sus actividades más allá del horario habitual quienes habilitarán un corredor hasta la puerta más cercana, con una persona que hará las veces de portero. También se está estudiando la posibilidad de contratar algún servicio de seguridad privada, aunque la zona ya cuenta con diez cámaras de vigilancia, que se aumentarán con el vallado.

Apoyo de los vecinos

Pese a lo impopular que puede resultar restringir el acceso a un parque público, los vecinos aprueban la medida. "Nos parece adecuado, porque es una zona aún muy nueva y hay que cuidar los árboles y el mobiliario de posibles destrozos", afirma Paco Lázaro, representante de la Asociación de vecinos Actur-Rey Fernando. Es el sentir generalizado. Encarna Mihi, presidenta de la Asociación Río Ebro La Almozara, comparte esta opinión, pero va más allá. "Habría que hacer un llamamiento para concienciar de que los bienes públicos son de todos. Si no, la valla no sirve para nada", afirma.



Por otro lado, parece que el impacto estético no preocupa demasiado. Según el paisajista Carlos Ávila, "se encargó el proyecto a Iñaki Alday para evitar el daño visual". Además, se manejan diversos colores para que se acople lo mejor posible con el entorno. Un entorno que estará presidido por un enorme letrero en chapa lacada con la inscripción "Parque del Agua Luis Buñuel".

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