domingo, 15 de marzo de 2009

Joyeros en peligro


La inseguridad y el alza de los siniestros se suman a la crisis en el ránking de problemas por los que atraviesa el sector
Ser joyero es hoy una actividad de alto riesgo. El valor de la mercancía con la que comercian les ha convertido en objetivo de un amplio abanico de delincuentes, que van desde los rateros más simples de barrio hasta las mafias organizadas, llegadas de la Europa del Este en la mayoría de los casos. A la crisis por la que atraviesa el sector, especialmente dañado por la coyuntura económica debido a la naturaleza de su negocio, basado en el lujo, se suma el incremento de siniestros que padecen, que abarcan desde el típico atraco en la tienda al robo de la fábrica mediante el butrón pasando por el robo de muestrarios a los comerciales. Esta situación está llevando a muchos ceses de actividad porque ni los profesionales más antiguos en el gremio soportan la presión de la inseguridad ni sus herederos están dispuestos a continuar con una tradición tan lastrada por constantes problemas.

Las cifras asustan

Durante 2008, el sector de la joyería sufrió en España más de 500 siniestros entre hurtos, robos y atracos, según datos facilitados por la correduría de Rodolfo Serván, aseguradora líder en el sector de le joyería, que tiene su sede principal en Córdoba. El crecimiento el año pasado de los delitos sobre la joyería está en torno al 30% con respecto a 2007 y es aún mayor con respecto a 2006. El presidente de la firma, Rodolfo Serván, explicó a El Día que los importes que han tenido que cubrir los seguros en por atracos "se han multiplicado por dos". En el caso de los robos, la subida ha sido tres veces superior con respecto a 2006 y a 2007. Esto ha llevado a las aseguradoras del sector a una situación complicada y a que las pérdidas aumenten, ya que el año pasado tuvieron que abonar 24 millones por los siniestros, casi el doble de los 13 que se pagaron en 2007, según datos de la aseguradora de Serván.

Modus operandi

Las técnicas de robo, atraco o hurto a las joyerías cada son más evolucionadas. La imagen tradicional del atracador pistola en mano es sólo la base de un sinfín de formas de actuar. Alunizajes, butrones, pagos ficticios, robos de muestrarios o agresiones físicas que terminan en el asesinato, como ha ocurrido recientemente a un joyero de Ciudad Real, que fue hallado muerto en su coche en un pueblo de Toledo, son algunos de los métodos más utilizados. Y cada vez los delincuentes se están volviendo más agresivos y despiertos a la hora de actuar.

Entre los casos más llamativos que se están dando se encuentra la apertura de tiendas ficticias. Los ladrones se hacen pasar por compradores de mercancía para un establecimiento de nueva apertura que en realidad no existe, pero el fabricante, que está deseando vender, da la mercancía a los delincuentes con la promesa de que recibirá el pago en breve o mediante pagarés. A veces, los estafadores llevan al vendedor a la presunta tienda, que está hasta montada a falta de la mercancía. El joyero, confiado, vende, a veces a cambio de un adelanto, y cuando quiere cobrar el dinero no existe, la tienda está cerrada y su mercancía ha desaparecido. También se ha vuelto al denominado hurto mágico, según explica Rodolfo Serván. Este método "es tan antiguo como el dinero. Otra cosa es que haya delincuentes que lo estén usando de nuevo", señala. Consiste, explica Serván, en el uso alternativo de dinero en metálico, que es usado como cebo, con el de una tarjeta de crédito o de un cheque. El vendedor se confía y entrega la mercancía al ladrón, que, con la excusa de ir al banco, desaparece para siempre. Las recomendaciones que la correduría de Rodolfo Serván realiza a los empresarios del sector se centran en la desconfianza hacia operaciones demasiados fáciles y cuantiosas. "Debemos analizar al comprador, la urgencia atípica de su compra", señala Serván.

El crecimiento de los atracos al estilo tradicional, amenazando con un arma el dependiente, ha llevado a que muchas joyerías se doten con modernas instalaciones de seguridad, algo que supone un importante coste añadido a los empresarios de este sector tan golpeado por la crisis. La instalación de cámaras de vídeo vigilancia permite además ver cómo son las secuencias de actuación de los delincuentes cuando actúan en grupo. Es algo espectacular. El primero accede al local y cuando le atiende el dependiente le encañona. Luego entra un segundo antes de que se cierre la puerta y coloca una chaqueta junto al marco del acceso para evitar el bloqueo tanto de la entrada como de la salida, pues muchas puertas se cierran y pueden dejar a los atracados dentro. Es entonces cuando acceden hasta dos y tres individuos más. Desgraciadamente, muchos de estos sucesos acaban con la muerte del dependiente o del propietario de la tienda. Otras veces hay daños físicos, pues se retiene y se amordazada a la víctima mientras se desvalija el local.

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