viernes, 6 de marzo de 2009

El Metro ha sufrido robos de generadores, hierros y cables de cobre

Los hurtos de material bajaron hace dos años con la entrada de 150 vigilantes destinados a revisar los tajos de obra
El robo de material en las obras del Metro de Sevilla ha sido una constante desde el inicio de su construcción, sobre todo en el periodo en que estaban abiertos todos los tajos de obra en los 18 kilómetros de la línea desde Ciudad Expo a Montequinto. Como sucede en la ejecución de las grandes infraestructuras, los ladrones se han llevado desde generadores hasta cables de cobre (se usan en catenarias y postes de luz) y ferrallas de toda clase, especialmente en las horas de madrugada, además del gasoil ya conocido.

Hoy por hoy, es complicado robar cables de cobre de las catenarias que transmiten la energía a los trenes, puesto que -salvo el tramo de Montequinto- ya disponen de tensión eléctrica en toda la línea, lo que llevaría al ladrón a morir electrocutado.

En los primeros años de ejecución del Metro los robos cobraron tal fuerza en la zona de San Juan de Aznalfarache que las constructoras optaron por contratar como vigilante al jefe de un clan que había causado más de un problema, una estrategia bien conocida en el sector de la construcción que funcionó muy bien y aún sigue vigente en la actualidad.

Las incidencias se redujeron al mínimo hace dos años, cuando las empresas que ejecutan la línea (Dragados, Sacyr y Gea 21) decidieron gastar más dinero en vigilancia y contrataron a Trablisa, una firma con prestigio en el sector y sede en Brenes que repartió por toda la línea (a excepción de la citada estación de San Juan y de las cocheras y talleres del Metro) a 150 personas cuyo cometido es controlar el acceso a las estaciones en obras y los demás recorridos con tajos en marcha. La empresa debe concluir su cometido a mediados del próximo mes de abril. Las cocheras y talleres del Metro las vigila otra empresa: Prosegur, por tratarse de una instalación ligada ya a la concesionaria.

A día de hoy, con el avance de la obra y, por tanto, la menor cantidad de tajos abiertos, cada vez hay menos hurtos, pero siguen produciéndose "robos internos", es decir, material que se lleva alguien de la obra. Las estaciones terminadas se cierran y controlan desde el puesto de control central.

Ferrocarriles Andaluces de la Junta dijo ayer que sólo le constan robos "insignificantes" y algunos problemas de hurtos de perfiles metálicos en la estación Cocheras, junto al barrio de la Música.

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