martes, 17 de marzo de 2009

La asesinada de Altafulla pidió que se revocara el alejamiento de su pareja


María del Mar C. J., la joven de 26 años que se ha convertido en la última víctima de violencia machista, había denunciado a su presunto asesino por malos tratos. En octubre de 2008, el juzgado dictó una orden de alejamiento contra Saturnino F. H., de 39 años. Apenas cinco días después, la chica, vecina de Altafulla (Tarragonès) solicitó la suspensión de la medida. Lo hizo para mantener una buena relación con su pareja (tenían un hijo) y porque sentía "pena" por él: si estaba acusado de malos tratos no podría mantener el trabajo como vigilante de seguridad.
a medida de protección quedó sin efecto a principios de este año, después de que el juez y el fiscal dieran su visto bueno. La pareja estaba en trámites de separación y María del Mar decidió irse unos días, sola, a Málaga. Regresó el sábado. Su pareja la recogió en El Prat y pasaron la noche juntos. El domingo, sin que se conozcan los motivos del ataque, Saturnino intentó ahogarla y la apuñaló hasta la muerte. Después metió el cuerpo en el maletero del coche y condujo hasta el peaje de Torredembarra, donde la abandonó.

El hombre llamó a los pocos minutos a su suegra. "He matado a tu hija", le dijo, según fuentes policiales. Los hechos se resolvieron con celeridad: la suegra llamó a la policía, ésta localizó un coche sospechoso y el presunto verdugo recorrió los 10 kilómetros que separan Torredembarra de Tarragona (no se sabe cómo lo hizo) para entregarse en comisaría.

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