lunes, 3 de enero de 2011

Tiros al aire y un cóctel molotov

Los ladrones lograron escapar tras hacerse con las joyas en pocos minutos. El artefacto explosivo entorpeció la visibilidad a los vigilantes de seguridad.
Con tiros al aire y cóctel molotov incluido. El último robo del año fue espectacular en la forma y en el suntuoso botín. Dado que 2010 fue «annus horribilis» para el gremio de joyeros madrileños, no es de extrañar que el triste protagonista de la noche del pasado viernes fuera uno de estos locales. Si bien el objeto de deseo fue el mismo, el escenario escogido por los delincuentes no fue ningún comercio autónomo ni ninguna franquicia de la «Milla de Oro» sino la planta baja de unos grandes almacenes de Sanchinarro, donde las joyas brillan en todas sus versiones bajo llave. Lo tenían todo planeado. Poco antes de medianoche llegaron en un coche de gran cilindrada hasta el PAU de Sanchinarro. El objetivo: la zona de joyería de unos famosos grandes almacenes.

Justo antes de las doce campanadas, comenzó la operación. Tras colocarse los pasamontañas, salieron del coche y lanzaron contra el escaparate un artefacto explosivo de fabricación casera que hizo saltar por los aires gran parte de la luna. El cóctel molotov provocó gran cantidad de humo, que dificultaba la visibilidad –y así la actuación del personal de seguridad– pero abrió un enorme hueco por el que entraron sin problemas parte del grupo, mientras un par de ellos vigilaban y otro miembro esperaba en el interior del vehículo, dispuesto a salir a toda velocidad en cuanto sus compañeros regresaran.

Todo transcurrió en apenas unos minutos. Ya en el interior del comercio, unos rompieron a mazazos las vitrinas que guardan las piezas más exclusivas, mientras otros llenaban bolsas con relojes y piezas de menor valor a toda velocidad. La alarma había saltado pero consiguieron ganar unos segundos «de oro» hasta que los vigilantes de seguridad del centro hicieron acto de presencia, ya que se encontraban en otras dependencias. En medio de una gran humareda, los vigilantes hicieron uso de su arma de fuego como medida disuasoria y lanzaron unos dispararon al aire para tratar de abortar la operación de los cacos. Sin embargo, el grupo de encapuchados consiguió escapar por el escaparate que habían reventado y lograron hacerse con gran parte de las joyas expuestas. Varios agentes de la Policía Nacional llegaron al lugar pocos minutos después pero los delincuentes ya habían huido con el botín.

Una portavoz de los grandes almacenes confirmó ayer el robo pero no quiso dar cifras del material robado. Al cierre de esta edición no se había producido ninguna detención relacionada con el caso, según fuentes policiales

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