IBIZA | R. S. Las representantes de la Fiscalía y de la acusación particular solicitaron ayer seis meses de prisión para una mujer que está acusada de insultar, resistirse a la detención y agredir a dos agentes de la Policía Nacional. Además, si finalmente es condenada, deberá pagar una multa de 60 euros e indemnizar a uno de los policías con 200 euros.
Los porteros de una discoteca ubicada en el paseo de ses Pitiusas, en el barrio de ses Figueretes, encontraron a la acusada, de 47 años (45 en el momento de los hechos), que mide alrededor de 1,60 metros, es de complexión delgada y aparentemente no muy fuerte, tirada en el suelo a la entrada del local.
«No la dejamos pasar porque estaba borracha. Luego regresó camuflada entre un grupo de gente y se tiró al suelo», explicó uno de los vigilantes de seguridad que estaban trabajando a la puerta de la discoteca la madrugada del 29 de julio de 2008.
Llamaron al 091. Según el relato del vigilante, los policías levantaron a la mujer y la llevaron a un banco, que está al lado del local. «Se negaba a identificarse. Al levantarse movía las piernas pero no vi que los agrediese», añadió.
«Parecía que estaba bastante ebria y solo quería hablar con el dueño de la discoteca», relató por su parte uno de los dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía que arrestaron a la procesada, que declaró por videoconferencia.
Causó problemas en el local
«Los vigilantes nos dijeron que había causado problemas dentro del local», añadió. «Creo que nos entendía pero no nos hacía caso. Le pegó dos patadas a mi compañero», concluyó el agente.
«Estaba medicándome y esa noche bebí una cerveza», explicó por su parte la imputada, que negó haber entrado esa noche en la discoteca. «Me cogieron el DNI del bolso porque yo estaba mareada», añadió la acusada, que negó en todo momento haber insultado y agredido a los policías.
«No lo recuerdo pero creo que no les insulté. No les pegué patadas ni puñetazos y no rompí un reloj a uno de ellos», añadió. También negó haber intentado quitarse los grilletes en la comisaría. Uno de los policías denunció que la acusada le rompió la esfera del reloj que llevaba puesta (por eso reclama la indemnización de 200 euros).
La abogada defensora recordó que su cliente tiene problemas en una pierna y se refirió a la evidente desigualdad de fuerza física entre la mujer y los dos hombres que la arrestaron.
La juez Martina Rodríguez, titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Ibiza, suspendió la vista debido a que no compareció como testigo el otro agente de la Policía Nacional que participó en la detención.
Los porteros de una discoteca ubicada en el paseo de ses Pitiusas, en el barrio de ses Figueretes, encontraron a la acusada, de 47 años (45 en el momento de los hechos), que mide alrededor de 1,60 metros, es de complexión delgada y aparentemente no muy fuerte, tirada en el suelo a la entrada del local.
«No la dejamos pasar porque estaba borracha. Luego regresó camuflada entre un grupo de gente y se tiró al suelo», explicó uno de los vigilantes de seguridad que estaban trabajando a la puerta de la discoteca la madrugada del 29 de julio de 2008.
Llamaron al 091. Según el relato del vigilante, los policías levantaron a la mujer y la llevaron a un banco, que está al lado del local. «Se negaba a identificarse. Al levantarse movía las piernas pero no vi que los agrediese», añadió.
«Parecía que estaba bastante ebria y solo quería hablar con el dueño de la discoteca», relató por su parte uno de los dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía que arrestaron a la procesada, que declaró por videoconferencia.
Causó problemas en el local
«Los vigilantes nos dijeron que había causado problemas dentro del local», añadió. «Creo que nos entendía pero no nos hacía caso. Le pegó dos patadas a mi compañero», concluyó el agente.
«Estaba medicándome y esa noche bebí una cerveza», explicó por su parte la imputada, que negó haber entrado esa noche en la discoteca. «Me cogieron el DNI del bolso porque yo estaba mareada», añadió la acusada, que negó en todo momento haber insultado y agredido a los policías.
«No lo recuerdo pero creo que no les insulté. No les pegué patadas ni puñetazos y no rompí un reloj a uno de ellos», añadió. También negó haber intentado quitarse los grilletes en la comisaría. Uno de los policías denunció que la acusada le rompió la esfera del reloj que llevaba puesta (por eso reclama la indemnización de 200 euros).
La abogada defensora recordó que su cliente tiene problemas en una pierna y se refirió a la evidente desigualdad de fuerza física entre la mujer y los dos hombres que la arrestaron.
La juez Martina Rodríguez, titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Ibiza, suspendió la vista debido a que no compareció como testigo el otro agente de la Policía Nacional que participó en la detención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario