OAN PAYERAS SA POBLA Las plazas y calles de sa Pobla empezaron a vestirse de fiesta y llenarse de algarabía con la salida, a las dos y media de la tarde, de los dimonis y del piadoso Sant Antoni, resistiéndose a las tentaciones luciferanas.
Como cada año, las colles de dimonis tomaron la salida de la plazoleta de la Església y se dirigieron en comitiva a la casa consistorial. Allí, en un nuevo protocolo introducido este año, la Obrería del Santo solicitó al alcalde que durante la tarde y la revetla de la noche concediera el dominio festivo a los dimonis poblers, petición a la que el primer edil, Joan Comes, accedió gustoso.
A lo largo de la tarde, niños y mayores fueron congregándose en la plaza Major para correr tras las tradicionales figuras demoniacas, que con sus gestos simulaban asustarles y perseguirles, en un largo recorrido durante toda la tarde por la práctica totalidad de calles y bares de la población.
Los dimonis, al atardecer, volvieron a reunirse ante el Ayuntamiento para formar parte de la comitiva de autoridades, caparrots y gegants que se dirigieron a la iglesia para asistir a las solemnes Completes.
A la salida del acto religioso, y antes de que bailaran los caparrots, los dimonis danzaron en la plaza Major, acabando así su intervención en la revetla de este año.
Figuras restauradas
Cabe señalar que la colla de dimonis de la Obrería de Sant Antoni ha exhibido este año sus caretas restauradas, labor que ha corrido a cargo del artista local Andreu Company.
Además, la figura del dimoni negre, conocido con el apodo de "Conguito" por los poblers, y su vestimenta, que estaban en muy mal estado, son totalmente nuevos.
La colla de dimonis de sa Pobla consta de 14 miembros, además de la figura de Sant Antoni. Tres de estos miembros, que se renuevan cada año por sorteo, pertenecen al Ayuntamiento. Los otros 11 restantes son de la Obrería.
A pesar de su gran popularidad y de ser uno de los elemento centrales de la fiesta, la participación de la colla de dimonis en la fiesta de Sant Antoni es relativamente reciente, si se compara con la antigüedad de la celebración, documentada ya en el siglo XIV, pocos años después de la fundación del pueblo.
Los dimonis tienen menos de 250 años y hasta mediados de los años cincuenta del siglo pasado no eran más de tres.
Ayer, sus movimientos, provocaciones, juegos y danzas volvieron a encandilar a los vecinos y a las miles de personas que visitaron sa Pobla.
Conflicto con la Policía
La seguridad de la fiesta quedó cubierta por 17 policías locales que se repartieron en turnos durante 24 horas sin que, en esta ocasión, se reforzara el servicio de seguridad con policías de otros municipios, como era habitual en anteriores ediciones.
Además de los 17 policías locales, la seguridad fue reforzada por 18 miembros voluntarios de Protección Civil de sa Pobla y de otros municipios de la comarca, 10 vigilantes privados de seguridad y patrullas específicas de la Guardia Civil.
Como cada año, las colles de dimonis tomaron la salida de la plazoleta de la Església y se dirigieron en comitiva a la casa consistorial. Allí, en un nuevo protocolo introducido este año, la Obrería del Santo solicitó al alcalde que durante la tarde y la revetla de la noche concediera el dominio festivo a los dimonis poblers, petición a la que el primer edil, Joan Comes, accedió gustoso.
A lo largo de la tarde, niños y mayores fueron congregándose en la plaza Major para correr tras las tradicionales figuras demoniacas, que con sus gestos simulaban asustarles y perseguirles, en un largo recorrido durante toda la tarde por la práctica totalidad de calles y bares de la población.
Los dimonis, al atardecer, volvieron a reunirse ante el Ayuntamiento para formar parte de la comitiva de autoridades, caparrots y gegants que se dirigieron a la iglesia para asistir a las solemnes Completes.
A la salida del acto religioso, y antes de que bailaran los caparrots, los dimonis danzaron en la plaza Major, acabando así su intervención en la revetla de este año.
Figuras restauradas
Cabe señalar que la colla de dimonis de la Obrería de Sant Antoni ha exhibido este año sus caretas restauradas, labor que ha corrido a cargo del artista local Andreu Company.
Además, la figura del dimoni negre, conocido con el apodo de "Conguito" por los poblers, y su vestimenta, que estaban en muy mal estado, son totalmente nuevos.
La colla de dimonis de sa Pobla consta de 14 miembros, además de la figura de Sant Antoni. Tres de estos miembros, que se renuevan cada año por sorteo, pertenecen al Ayuntamiento. Los otros 11 restantes son de la Obrería.
A pesar de su gran popularidad y de ser uno de los elemento centrales de la fiesta, la participación de la colla de dimonis en la fiesta de Sant Antoni es relativamente reciente, si se compara con la antigüedad de la celebración, documentada ya en el siglo XIV, pocos años después de la fundación del pueblo.
Los dimonis tienen menos de 250 años y hasta mediados de los años cincuenta del siglo pasado no eran más de tres.
Ayer, sus movimientos, provocaciones, juegos y danzas volvieron a encandilar a los vecinos y a las miles de personas que visitaron sa Pobla.
Conflicto con la Policía
La seguridad de la fiesta quedó cubierta por 17 policías locales que se repartieron en turnos durante 24 horas sin que, en esta ocasión, se reforzara el servicio de seguridad con policías de otros municipios, como era habitual en anteriores ediciones.
Además de los 17 policías locales, la seguridad fue reforzada por 18 miembros voluntarios de Protección Civil de sa Pobla y de otros municipios de la comarca, 10 vigilantes privados de seguridad y patrullas específicas de la Guardia Civil.
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