El incremento en los hurtos ha provocado que los agentes tarden hasta 15 minutos en atender una llamada ciudadana
Se han convertido en poco tiempo en el paraíso del consumismo jerezano e incluso de la provincia. Sin embargo, ese alto nivel de ingresos tiene su cruz, y ha ido parejo de una oleada de robos que sacude los cimientos de los comercios de Área Sur y Luz Shopping. Si hace unos días este medio publicaba que los hurtos se estaban disparando, ahora han trascendido datos exactos que evidencian lo preocupante de la situación.
Como han facilitado fuentes de la Confederación Española de Policía, los agentes intervienen en dos o tres robos al día repartidos entre las dos superficies mencionadas, lo que equivale a una media de 80 al mes. Unas cifras alarmantes que muestran, según los profesionales, que existen unas carencias evidentes en materia de seguridad. No obstante, los vigilantes de las empresas privadas poco más pueden hacer que retener a los que cometen los hurtos hasta que llegue la Policía, puesto que ni siquiera están autorizados para pedirles su identificación.
«Todo esto tiene un problema añadido -argumentaron estas fuentes-, y es que los hurtos suelen producirse por la tarde, en horas de cierre que coinciden con nuestros relevos. Estamos solo con tres coches y en ir y volver, levantar las actas, acercarnos a Comisaría y demás empleamos hora y media».
Cantidades nimias
En la mayoría de los casos, como aseguran, se trata de productos de cantidades irrisorias cuya sustracción la empresa siempre está obligada a denunciar. Con la falta de recursos humanos del Cuerpo, la consecuencia de todo ello es que las patrullas que no acuden a este servicio tienen que abarcar un campo aún más amplio y en muchas ocasiones se tarda hasta 15 minutos en responder a una llamada ciudadana.
Por ello, cada vez es más frecuente que la Policía Nacional derive muchos avisos a la Local, aunque se trate de materias cuya competencia pertenece a la primera y se considere algo prioritario, enmarcado dentro de la seguridad ciudadana o la violencia de género. Una cuestión que, junto con los recortes salariales del Estado, está mermando los ánimos de los agentes, que esperan como agua de mayo la dotación de 53 nuevos funcionarios que contribuyan a suavizar la situación de precariedad en la que trabajan.
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