miércoles, 19 de agosto de 2009

«Con un vigilante, la respuesta a una agresión es muy limitada»


Un miembro de seguridad del San Pedro se sorprende de que el Palacete tenga mayor protección que el Hospital

«Si ahora lo tenemos crudo, no quiero ni pensar qué sucederá cuando se reduzca el número de efectivos que controlan la seguridad del Hospital San Pedro». Las palabras corresponden a uno de los diecisiete vigilantes que en la actualidad prestan servicio de seguridad en las dependencias de este centro hospitalario y que prefiere omitir su nombre.
Se muestra convencido de que con un único vigilante, ya que el segundo compañero siempre debe permanecer en la sala de control de cámaras, la respuesta ante una posible agresión «va a ser muy limitada». También entiende, hasta cierto punto, que se produzcan incidentes, ya que -afirma- los hospitales son centros de mucha tensión donde las noticias que te dan no son normalmente las que esperas escuchar. «Y si a ello le añades las altas temperaturas que estamos soportando estos días, como he leído en un informe, no es de extrañar que se repitan este tipo de incidentes», agrega.
Por todo ello «no nos queda sino aguantar», explica este miembro de la seguridad del 'San Pedro', quien constata como algo natural y habitual que los pacientes que aguardan en Urgencias para ser atendidos «se alíen y solidaricen con la persona que provoca el incidente, porque lo ven como el representante de todos ellos».
Lo que sí le resulta más difícil de explicar es que el Palacete de Presidencia de Gobierno cuente para su seguridad con un agente de la Guardia Civil y dos vigilantes, mientras que un hospital como el de San Pedro va a disponer exclusivamente de uno sólo «para atender y solventar las intervenciones que a diario se producen en el centro».
Entre ellas le viene a la cabeza, por ejemplo, la que protagonizó hace casi dos meses un joven que llegó al Servicio de Urgencias con una sobredosis de cocaína. La agresividad y excitación que mostraba este varón le llevó a morder y agredir a dos vigilantes, que han permanecido de baja durante algunas semanas.
Aunque es más habitual que los incidentes se produzcan de noche y coincidiendo con el fin de semana, este miembro de la seguridad del 'San Pedro' señala, sin embargo, que las últimas agresiones se han registrado en la franja horaria que va desde las doce del mediodía a las dos de la tarde.
Con todo, asimila de forma muy gráfica la situación que tanto él como sus compañeros deben soportar en su diaria labor, a la de quienes padecen hemorroides: «Ambos sufrimos en silencio».

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