viernes, 20 de noviembre de 2009

ENTREVISTA CON EL EXCOMANDANTE DE LA MISIÓN ATALANTA


Juan Garat: «Con seguridad privada a bordo es suficiente»
La mar, en femenino, lo arrastró hacia las cuevas de los piratas. Allí, vivió situaciones parecidas a la del ‘Alakrana’. Ahora repone fuerzas en dique seco.
EVA PERUGA
Padre marino, hermanos marinos, hijos marinos, yernos marinos, así es la familia de Juan Garat (Ferrol, 1955), capitán de navío. De abril a agosto de este año afrontó su destino más difícil, como jefe de la operación de la UE en el Índico. Luchar en el mar contra los piratas somalís cuando, en realidad, el campo de batalla está en tierra. Sus misiones anteriores, la mayoría con la OTAN, no tenían un enemigo con tanta capacidad de sorpresa como los nuevos corsarios.

–¿Hasta el próximo secuestro?
–Espero que no haya más secuestros. Con la seguridad privada que llevan a bordo es más que suficiente para que los pescadores se sientan seguros ante un posible ataque.

–Está claro que había que ir armados a bordo.
–Es la solución a corto plazo para que la piratería afecte lo menos posible. El barco que lleva seguridad privada tiene el 99% de garantías de no ser atacado. Y, si lo es, será capaz de contestar al ataque y salir airoso. Además, están las operaciones de mayor alcance como Atalanta, en el mar, o todas aquellas medidas para ayudar al Gobierno de transición de Somalia.

–¿El pasillo de Atalanta es pequeño o no está en el lugar adecuado?
–No hay un pasillo de seguridad de Atalanta. Hay un corredor internacional en el golfo de Adén, que Atalanta contribuye a patrullar junto con fuerzas como la de la OTAN y la norteamericana.

–¿Pero tiene un sector específico?
–Sí, un área de operaciones.

–Precisamente los armadores quieren ahora que se amplíe.
SEnDSu preocupación es la vigilancia en las aguas de la cuenca de Somalia, que es la parte sur, próxima a las islas Seychelles, donde pescan. Piden que Atalanta refuerce la vigilancia en esta zona.

–¿Y es posible?
–En la medida en que Atalanta tenga fuerzas suficientes para aumentar la presencia en este agua, pues sí.

–Cuando usted dirigió la operación Atalanta se quejó de que no había fuerzas suficientes.
–Sí. Porque las fuerzas a mi disposición, incluso sumando todas las fuerzas navales que hay ahí, no aseguran ni asegurarán nunca la protección de todos los barcos que faenan, transitan o trabajan en esas aguas porque el espacio a cubrir es enorme y la cantidad de barcos es también enorme. Es imposible dar una protección al 100%.

–¿Es una operación disuasoria?
–Es disuasoria y, por otra parte, tiene una parte importante de represión de la piratería. Atalanta ha detenido y puesto en manos de la justicia a 77 piratas.

–¿Quién decide la detención?
–Los comandantes de los buques cumplen las órdenes del comandante de Atalanta.

–¿Cómo se coordinan las fuerzas de Atalanta, la OTAN, EEUU, China, Rusia y Japón en la zona? ¿Hay un cuartel general?
–No. Hoy por hoy, el único organismo que podría poner un poco de orden son las Naciones Unidas. Pero es difícil que se decida a organizar una operación marítima de alcance mundial. Cada alianza y coalición tiene su cuartel general. Se trata de coordinarse lo mejor posible.

–¿Por qué ve difícil la implicación de la ONU?
–Cada país tiene sus intereses. Hay países que mandan fuerzas ahí solamente para defender sus intereses, los barcos de su bandera. No sé si sería posible que se acogieran a un paraguas mundial. La operación Atalanta, en concreto, protege a todos los barcos sin hacer distinción por su bandera.

–¿Cómo se decide quién va a intervenir?
–Es una decisión táctica. Hay que reaccionar con mucha rapidez. La unidad que está más cerca y que puede actuar de una manera más eficaz, toma esa responsabilidad.

–¿Quién da la orden de efectuar una operación, el respectivo Ministerio de Defensa o el comandante de Atalanta, por ejemplo?
–Es una respuesta que llamamos preplaneada: cuando pasa esto y esto, hay que hacer aquello. Es automático.

–¿Incluso el uso de la fuerza?
Sí. Los comandantes de los barcos tienen autorizada la fuerza hasta un nivel, el comandante de la fuerza naval hasta otro nivel, y así sucesivamente.

–¿Vivió alguna situación límite como en el caso Alakrana?
–Situaciones parecidas. Cuando estás ahí, piensas que son situaciones límite pero después descubres que es una pequeña trampa de los piratas, como hemos visto ahora.

–¿Conoció a algún pirata?
Sí. Mi impresión es que son gente que se tiene que ganar la vida de esa manera. Ven que es una manera fácil de hacerlo. Pero son delincuentes que hay que erradicar.

–¿El atún es un interés nacional?
A mí me gusta mucho…

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