sábado, 27 de junio de 2009

Sergio Ramos, año y medio en la picota


Fue el primer fichaje nacional de Florentino, pero ven un estancamiento en la progesión de su fútbol
Sergio Ramos fue el único fichaje nacional de Florentino Pérez en su primera etapa como presidente madridista. Una joya en bruto que llegó al equipo blanco el 1 de septiembre de 2006 tras pagar 27 millones de euros al Sevilla y asegurarse un contrato de ocho temporadas. Sin embargo, esa joya no ha acabado de pulirse y las dudas sobre su rendimiento aparecen cada dos por tres. René, hermano y representante del jugador, estuvo hace unos días en el Santiago Bernabéu a instancias del club para conocer de primera mano el estado físico y anímico del lateral internacional. Y es que existe preocupación por el estancamiento deportivo del defensa sevillano.

Florentino Pérez y Jorge Valdano tienen plena confianza en Sergio Ramos, aunque son conscientes de que su rendimiento deportivo no ha seguido la progresión esperada. Pellegrini ha manifestado que seguirá utilizándolo de lateral argumentando que así aprovecha “su imponente condición física”. Sin embargo, la última temporada del sevillano ha provocado roces con sus compañeros y con la entidad.

Ramos disputó muchos encuentros lesionado que le obligaron a jugar infiltrado. Su rendimiento no llegó a dar el nivel esperado y acumuló tarjetas y expulsiones hasta que todo explotó en el Ono Estadi. El defensa mostró su disgusto por haberse sentido solo y no notar el respaldo del club tras aquella expulsión que llegó por una segunda tarjeta amarilla que luego los Comités le quitaron, al tiempo que reconoció haber atravesado un mal momento debido al cansancio y quizá por las consecuencias de haber jugado infiltrado en varios partidos. Aquel episodio motivó un claro divorcio con Ramón Calderón y su junta, que siguieron dándole largas para la ampliación de contrato que le prometieron, pero cada vez que se acercaba el momento de hacer realidad el nuevo contrato ponían excusas siendo emplazado para más adelante. Una renovación vitalicia que no llegó porque Ramón Calderón no quiso volver a ser el centro de las críticas tras inventarse esta estrategia para dar gusto a las vacas sagradas del vestuario como Raúl, Casillas y Guti, entre otros.

Pero su bajo rendimiento esta temporada también ha sido motivo de quejas de algunos compañeros, porque en esa posición de lateral les dejaba vendidos con sus constante y estériles subidas al ataque. Un rendimiento y unos roces que los nuevos dirigentes quieren atajar. De ahí la llamada a su representante, al que transmitieron que esperan máxima concentración, implicación y dedicación del jugador. Que confían en sus posibilidades y que cuando llegue el momento abordarán su renovación.

Desde un detective a irse a los toros

A principios de temporada el club estudió la posibilidad de contratar a un detective privado para vigilar que su vida privada no perjudicaba a su rendimiento en el campo. Las últimas dudas sobre su implicación fueron cuando en el descanso del encuentro ante el Valladolid en el Bernabéu, el jugador abandonó el campo en el descanso para irse a los toros.

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