Unos 30 familiares y amigos quisieron despedirse de la víctima de Quart de Poblet y el altercado obligó a suspender las visitas en Reanimación
Un vigilante a las puertas de la Unidad de Reanimación y policías antidisturbios en los pasillos de La Fe. Este es el panorama que dejó ayer en el centro sanitario la muerte de Antonio N. H., el hombre de 44 años de etnia gitana que el pasado lunes por la tarde fue tiroteado en Quart de Poblet.
Según ha podido saber LAS PROVINCIAS de fuentes del propio centro sanitario, el incidente se produjo alrededor de las doce del mediodía, cuando el corazón de Antonio se paró a consecuencia de los dos balazos. Su estado era ya muy grave desde el primer momento en que llegó a La Fe trasladado por una ambulancia del SAMU. Sin embargo, los suyos albergaban esperanzas de mejora.
En pocos minutos, tras el fallecimiento del hombre, una treintena de familiares y amigos se presentaron en la Unidad de Reanimación del Pabellón de Rehabilitación con el objetivo de despedirse del difunto. «En algunos momentos se generó mucha tensión y estaban muy exaltados», describieron fuentes sanitarias. Al parecer, no encajaron bien el empeoramiento y posterior fallecimiento de la víctima.
Cuando la víctima estaba al borde de la muerte, los propios médicos ofrecieron a los familiares más directos la posibilidad estar junto a Antonio. El problema vino después, cuando la multitud quiso hacer lo mismo en medio de continuos gritos, sollozos y lamentos de rabia.
«Por cuestiones de higiene, silencio y respeto a los enfermos sólo se permite la entrada a Reanimación de los familiares más directos y en momentos muy puntuales. Es inadmisible que una multitud semejante se adentre en dependencias como esta, donde están los pacientes más graves», explicaron desde la Conselleria de Sanidad.
Por todo ello, ante el tumulto, los policías nacionales que custodiaban al herido en Reanimación decidieron solicitar refuerzos, tanto al personal de seguridad del hospital como a la Jefatura Superior de Policía. Agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) se presentaron en el centro para calmar los ánimos y evitar que se produjeran disturbios en la delicada área sanitaria.
Paralelamente, un pastor evangélico trató de calmar a los familiares y amigos de Antonio, «Estaban muy indignados, tristes y rotos» por el fatal desenlace y se armó «un fuerte griterío», describió una testigo. Poco a poco, la multitud abandonó las dependencias hospitalarias.
Por precaución, un vigilante de seguridad permaneció durante todo el día en la entrada de Reanimación y se suspendieron las escasas visitas que, por cuestiones sanitarias, se realizan a los enfermos de esta zona. Los agentes antidisturbios también velaron por la seguridad en el traslado del cuerpo desde el mortuorio de la Fe al Instituto de Medicina Legal de Valencia (IML), donde hoy se le practicará la autopsia
A nivel nacional
Mientras, la investigación sigue su curso y al cierre de esta edición todavía no se habían producido detenciones. La policía ha establecido un dispositivo a nivel nacional para dar con el homicida. Como avanzó este diario, los agentes analizaron las cámaras de seguridad del polígono industrial de Quart de Poblet, escenario del homicidio, para poder identificar al autor.
Los hechos ocurrieron a las 18 horas, cuando el hombre se hallaba en un concesionario de la vía de servicio de la A-3 «mirando algunos de los vehículos expuestos», según testigos. En ese momento, un hombre entró por la puerta y comenzó a discutir con Antonio. Luego, «ya en la calle, llegaron otros cuatro y comenzaron a perseguirlo hasta la rotonda de acceso al pueblo», indicaron. Fue allí donde la víctima recibió los dos tiros. Acto seguido, todos huyeron.
Minutos después la policía localizó al hermano del herido en el lugar donde se produjo el tiroteo. Fue trasladado en un coche patrulla para interrogarlo y aclarar las circunstancias de la disputa. LAS PROVINCIAS contactó con los familiares, pero no quisieron realizar declaraciones.
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