La decisión del consejo de administración del Espanyol de vender entradas a los aficionados del Real Madrid a 40 euros -la más barata- provocó las quejas de muchos seguidores pericos, durante y después del partido, muchas de las cuales se encuentran recogidas en los diversos foros de opinión blanquiazules. Los aficionados merengues en Catalunya tomaron el Lluís Companys cómo no lo habían hecho desde que el Espanyol juega en este estadio. Esto provocó que ambas afecciones estuvieran mezcladas en muchas zonas del estadio.
La desacomplejada manera que tuvieron los aficionados blancos de celebrar los goles hizo daño a la parroquia perica y se produjeron múltiples peleas entre seguidores de los dos equipos en la grada, tanto en el sector de las peñas pericas, como en la zona de lateral, como en la grada ubicada sobre de la Curva Jove. Aficionados del Madrid hicieron también gestos provocativos desde tribuna a la zona de la Curva después del gol de Raúl, hecho que provocó la intervención de los servicios de seguridad privada del club.
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