martes, 3 de marzo de 2009

El fundador de Blackwater dimite como director general de la compañí

Washington. (EFE).- Erik Prince, fundador de Blackwater Worldwide, empresa de seguridad privada que ahora se denomina 'Xe' y que saltó a la prensa mundial por unas operaciones polémicas en Iraq, ha renunciado a su cargo como director general de la firma.

Prince, que fundó Blackwater en 1997, será sustituido por Joseph Yorio, quien fue con anterioridad vicepresidente de la empresa de mensajería rápida DHL y cuenta con una amplia experiencia empresarial y ejecutiva, informó hoy la compañía en un comunicado. Yorio es un ex oficial de las Fuerzas Especiales del Ejército.

Danielle Esposito será la nueva directora de Operaciones y vicepresidenta ejecutiva de 'Xe'. Esposito desempeñó durante casi diez años cargos de responsabilidad en empresas de Blackwater. Prince se dedicará a partir de ahora al sector de los fondos de capital riesgo, indicó Blackwater.

Este anuncio se produce después de la salida de varios ejecutivos de la firma de seguridad privada con sede en Carolina del Norte. El pasado 13 de febrero, Blackwater cambió su nombre a 'Xe', en una señal de que trata de romper definitivamente con un pasado marcado por la polémica que le ha costado un millonario contrato con el Gobierno de Estados Unidos en Iraq.

El anuncio del cambio de imagen se produjo después de que el Departamento de Estado informara a finales de enero a la firma de que no renovará el contrato que le adjudicó para proteger a su personal diplomático destinado en Iraq cuando éste expire en mayo.

La decisión del Gobierno de Estados Unidos es consecuencia del anuncio previo del Ejecutivo iraquí de que no renovará a Blackwater la licencia necesaria para poder operar en el país. Estados Unidos adjudicó a Blackwater un contrato de varios años de duración en Iraq, con la opción de poder revisarlo anualmente.

Blackwater, una de las tres firmas de seguridad privada que operan en Iraq, logró el grueso del contrato valorado en 2.000 millones de dólares. Se adjudicó más de 1.000 millones en contratos con Estados Unidos y gran parte de esta cantidad procede de sus labores en Iraq. Blackwater saltó a las páginas de la prensa mundial a raíz de la polémica suscitada tras una matanza ocurrida en septiembre de 2007, cuando un grupo de agentes disparó contra los civiles que se encontraban en la plaza bagdadí de Al Nasur, lo que causó 17 muertos y 27 heridos.

A principios de enero, cinco agentes involucrados en el incidente se declararon no culpables de homicidio en 14 casos y de intento de homicidio en 20. Actualmente aguardan juicio en Washington. Un sexto se declaró culpable y está colaborando con el Departamento de Justicia.

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