viernes, 7 de enero de 2011

Sin vida para pagar tanto

LA FAMILIA DE IBAI AGRADECE DE CORAZÓN LOS GESTOS DE SOLIDARIDAD QUE HA RECIBIDO

AUNQUE viviese mil años, no podría pagar todo el apoyo que nos están brindado". Después de pasar toda la noche ingresado en Urgencias -por un cuadro vírico que le impedirá ver a su hijo Ibai al menos tres o cuatro días- Javier Uriarte quiso agradecer ayer los gestos de solidaridad de todos ciudadanos anónimos en el último mes. "Ay, qué mal lo estamos pasando. Me han dicho que he vuelto a caer por el estrés. Tantas emociones... Menos mal a la ayuda de la gente", decía Javier. "¿Sabes lo que es que una persona ingrese en nuestra cuenta 2.500 euros para ayudarnos? Si no lo vives como nosotros lo estamos viviendo, no te lo llegas a crecer. Es fuerte", relataba Uriarte. Como la ayuda concedida por la empresa Eulen Seguridad, para la que Javier trabaja como vigilante de seguridad. "Nos han dejado un apartamento de lujo en una urbanización privada. Una pasada. Estamos muy agradecidos", indicó el aita de Ibai. Por eso, la jornada de ayer fue de traslado para la familia Uriarte-Costales. De la casa de las monjas donde han vivido en el último mes, hasta la urbanización privada a las afueras de Madrid. Un lugar tranquilo, donde los padres de Ibai podrán hallar un pequeño respiro cuando salgan de visitar a su hijo, sobre las nueve de la noche. "¿Pero cómo les voy a pagar tanta ayuda. La empresa se está portando excepcionalmente", decía Javier.
Sin duda, el mejor regalo para todas las personas que, desisteresadamente, han aportado su granito de arena para ayudar, de una u otra manera, a la familia del pequeño de Galdakao, no será otro que ver a Ibai salir por su propio pie del hospital. "Ojalá que Dios oiga mis plegarias y siga dándole fuerza al pequeño, como hasta ahora", dice Javier. Aunque visiblemente cansado, Javier estaba ayer contento porque Ibai está cada vez mejor. "Las veces que he pedido por mi hijo. Daría hasta mi vida a cambio de la de él", comentó. Todas las tardes, la familia de Ibai acude a las seis a la misa que se celebra en la capilla del hospital. "Desde hace un mes no fallamos ni un solo día", aclara la abuela.
La jornada para los padres de Ibai comienza todos los días muy temprano. "Para las ocho estamos arriba. Los nervios pueden con nosotros. Desayunamos incluso en el hospital, y después nos vamos a la sala de espera de cuidados intensivos hasta que nos dan permiso para ver a Ibai".
Mucho calor en la pequeña sala. Para que la larga espera se haga más amena, Javier compra a diario DEIA para leer y guardar "lo que escribís de mi niño". Fue en ese instante, con la edición del periódico del miércoles sobre la mesa, cuando Javier no pudo contener las lágrimas y se echó a llorar. "Es que esto es la leche. Fíjate. La Plataforma del Athletic Eup!, recorre en un autobús Bilbao en apoyo a Ibai", leyó en voz alta la noticia. "Van hasta con las camisetas".
Apenas han pasado diez días desde que al niño de Galdakao se le realizará un transplante multiorgánico el pequeño mejora rápido. Hasta el punto de que el miércoles los médicos plantearon subirle a planta. Pero un problema respiratorio llevó a los médicos a cambiar de decisión "por precaución". Por el momento le mantendrán un par de días más en la UCI. "Después de lo que hemos pasado, lo que nos sobra es paciencia. Es mejor que esté ahí hasta que haga falta", aseguran los familiares.

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