viernes, 20 de noviembre de 2009

Los piratas persiguen en las Seychelles a un atunero vasco con seguridad privada


Chacón siembra una falsa alarma al afirmar que los agentes, que nunca llegaron a tener que intervenir, habían empleado «la disuasión necesaria»
Madrid / Oviedo

El atunero vasco «Txori Gorri», con cuatro agentes de seguridad a bordo, logró esquivar a unos piratas que le estuvieron persiguiendo durante media hora cuando faenaba en aguas de Seychelles, sin que llegaran a atacarlo. Este incidente ha ocurrido dos días después de la liberación del «Alakrana», cuya tripulación se encontrará hoy con sus familiares en Puerto Victoria, precisamente en las Seychelles, para regresar juntos a España.

El Ministerio de Defensa confirmó por la tarde en un comunicado que el «Txori Gorri» fue perseguido, pero no atacado. De este modo, Defensa deshizo la falsa alarma sembrada horas antes por la responsable del departamento, Carme Chacón, quien aseguró en los pasillos del Congreso que los agentes de seguridad privada embarcados a bordo del «Txori Gorri» habían logrado disuadir un posible ataque pirata tras «ejecutar la disuasión necesaria», sin aportar más detalles, lo que hizo pensar en un enfrentamiento armado. El comunicado emitido por Defensa por la tarde ya no alude a «la disuasión necesaria».

De hecho, tras difundirse las palabras de la Ministra, la cadena SER emitió unas declaraciones del primer oficial del atunero en las que éste explicaba que los vigilantes de seguridad armados no tuvieron que intervenir en ningún momento, porque los piratas «nunca se han acercado a menos de seis millas».

Más o menos a la misma hora, el Gobierno vasco también contradecía las informaciones de la Ministra. Su viceconsejero de Pesca, Jon Azkue, negó que se hubiera producido un nuevo intento de ataque de piratas y precisó que se había tratado «técnicamente de un avistamiento».

Así, las cosas, el diputado del PP Arsenio Fernández de Mesa recomendó a Chacón que «se relaje» y «no confirme» incidentes que resultan ser «falsas alarmas» y «tiene que desmentir a las pocas horas».

Según el relato de los propios tripulantes, los vigilantes armados del «Txori Gorri» avistaron con prismáticos dos esquifes con piratas a bordo que habían sido arriados desde un buque nodriza a unas ocho millas de distancia.

Las dos embarcaciones mantuvieron la persecución durante casi media hora, hasta que desistieron después de que el pesquero abriera máquinas, cambiara de rumbo e hiciera una maniobra de disuasión.

El primer oficial aseguró que no se corrió «ningún tipo de peligro» y que los piratas no volvieron a ser vistos tras abandonar la persecución. «Nos venían ganando un poco de terreno, pero han abandonado a seis millas del barco, casi doce kilómetros», apostilló el primer oficial. Salvo el patrón y el capitán, los 28 miembros de la tripulación se refugiaron en el interior del barco como medida de seguridad durante unos minutos, antes de salir y volver a las faenas de pesca. Los cuatro agentes de seguridad aguardaron en su puesto y no tuvieron que intervenir.

Entre tanto, ayer se hizo público que empresas españolas de seguridad privada defienden desde enero a buques españoles en aguas del Índico, con la autorización de Interior. El 30 de octubre, el Gobierno aprobó un real decreto que permite embarcar a agentes privados de seguridad, dotados de armamento militar, en los buques pesqueros que faenan en aguas somalíes. Para entonces ya llevaban diez meses desempeñando estas labores de protección.

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