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miércoles, 18 de noviembre de 2009
Fuego sobre los piratas del 'Alakrana'
Un helicóptero ametralló el esquife en el que huían los últimos secuestradores - Los captores se repartieron el rescate, cerca de 2,7 millones, a bordo del barco
Poco antes de las dos de la tarde de ayer, un esquife con cinco piratas, los últimos que quedaban a bordo del atunero Alakrana, abandonó el barco. Se ponía fin así a un secuestro de 47 días y recobraban su libertad los 36 tripulantes (entre ellos, 16 españoles) del pesquero vasco. Cuando aún se estaban marchando los secuestradores, el patrón del Alakrana, Ricardo Blach, avisó al armador, Kepa Etxebarria, quien desde el pasado 2 de octubre no se ha movido de Nairobi (Kenia) para negociar la liberación de sus empleados. Era la señal convenida para poner en marcha el dispositivo preparado en la fragata Canarias, que se había acercado hasta sólo 15 millas de distancia. "La orden era perseguir y detener a los piratas", aseguran fuentes conocedoras de la operación.
De la Canarias y de la fragata Méndez Núñez, situada a escasa distancia, salieron dos helicópteros Sikorsky SH60B y tres lanchas rápidas (Skiffs). Uno de los helicópteros se situó sobre el Alakrana, para asegurarse de que no era secuestrado de nuevo por los mismos u otros piratas. El otro salió tras el esquife, que se dirigía a toda velocidad hacia la orilla, a sólo 1,7 millas. El Sikorsky realizó una pasada a baja altura sobre la embarcación y le instó a detenerse, pero los piratas hicieron caso omiso. A continuación, de acuerdo con las normas de enfrentamiento de la Operación Atalanta, disparó una ráfaga de ametralladora sobre el motor y el timón, para obligarla a parar. Las fuentes consultadas no pudieron precisar si se produjo algún herido, aunque el fuego no se dirigió contra sus ocupantes. Éstos consiguieron finalmente alcanzar la playa y mezclarse con la gente, por lo que el helicóptero optó por regresar a la Canarias.
Fue el último episodio de una intensa jornada que se inició cuando desde una avioneta se lanzó el rescate, cifrado en torno a cuatro millones de dólares, casi 2,7 millones de euros, según fuentes próximas a la negociación. Hasta 63 piratas, que de una forma u otra habían participado en el secuestro, subieron al Alakrana con el objetivo de contar el dinero y repartírselo. Lo habitual es que los jefes se lleven el 20%, otro 30% es para los ejecutores y el 50% restante se destina a financiar futuros ataques y pagar sobornos, según el Real Instituto de Estudios Internacionales de Londres.
Cada uno con su parte, los piratas fueron abandonando el Alakrana en sus embarcaciones. El Gobierno, al corriente del pago del rescate, esperaba que los secuestradores liberasen el buque, como es habitual, a la caída del sol (sobre las cuatro de la tarde en España),para poder huir al amparo de las sombras. Por eso el equipo de intervención preparado en la Canarias llevaba equipos de visión nocturna.
Sin embargo, quizá por exceso de confianza, los piratas abandonaron el pesquero a plena luz del día. Los primeros en salir fueron los cabecillas, con el grueso del rescate, mientras los últimos eran los encargados de proteger la retirada de sus compinches. El lunes, los piratas movieron por vez primera el atunero, que navegó varias millas hacia el sur y volvió luego a Haradehere, seguramente con el propósito de observar la reacción de sus vigilantes o preparar su huida.
El adelanto de la liberación en unas horas pilló fuera de España a varios ministros: la titular de Defensa, Carme Chacón, en Bruselas; y los de Medio Ambiente, Elena Espinosa, y Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en Roma, donde se reunieron con el primer ministro somalí, Omar Abrirashid Ali Sharmarke. La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, les mandó volver de inmediato, mientras convocaba en La Moncloa al jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Julio Rodríguez, y al director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pospuso su comparecencia hasta que tuvo garantías de que el atunero había sido liberado por los piratas. Finalmente, a las 14.25, anunció públicamente: "El Alakrana navega libremente hacia aguas más seguras. Todos los miembros de la tripulación están sanos y salvos". A esa hora, el atunero se dirigía ya, escoltado por las fragatas Canarias y Méndez Núñez hacia Victoria, en las islas Seychelles, donde está previsto que llegue mañana por la tarde. Un Boeing 707 del Ejército del Aire saldrá el jueves para recoger a los marineros, que podrían estar de vuelta en España el sábado.
Lo cierto es que el rescate finalmente pagado es muy similar al pactado a finales de octubre, cuando los piratas rompieron el acuerdo y pusieron como condición la puesta en libertad de sus dos compañeros encarcelados por la Audiencia Nacional. Ayer, De la Vega eludió comentar si el Gobierno ha dado garantías a los secuestradores de que los dos piratas presos en España serán enviados a Somalia, tachándolo de especulación. "No sé lo que Martín Cinto [embajador español en Kenia] habrá dicho a los piratas pero, una vez liberados los pescadores, cualquier promesa que les e hiciera es papel mojado", alega un responsable gubernamental.
Poco antes de que Zapatero la anunciara, el armador llamó a los familiares de los marineros para darles la buena noticia. "Están libres", declaró Etxebarria a EL PAÍS, con alivio. Tras varios intentos frustrados, esta vez era, por fin, cierto.
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