viernes, 15 de mayo de 2009

La policía detiene a un conductor ebrio tras seguir el rastro de aceite de su coche


El hombre huyó tras estrellarse con su vehículo en una calle de Valencia
Los agentes localizaron el turismo en Benetússer con una pistola y droga dentro
Un conductor ebrio acabó con sus huesos en un calabozo tras saltarse todas las normas, las de tráfico y las del sentido común. El detenido, Jaime M. B., de 33 años de edad, huyó tras causar un accidente de tráfico en Valencia, pero dejó un rastro de aceite que posibilitó su seguimiento por la ciudad y su arresto, minutos después, en una calle de Benetússer.
Los hechos se iniciaron sobre las tres de la madrugada del jueves. La sala del 092 movilizó a una patrulla de la Policía Local para que acudiera a la calle José Soto Micó, donde se había producido un accidente de tráfico.
Al llegar al lugar, los agentes se entrevistaron con dos vigilantes de seguridad que custodiaban las obras del AVE. Estos explicaron a la policía que minutos antes habían visto cómo un Ford Focus colisionaba contra la valla de hormigón, junto a un depósito de combustible.
Seguidamente, el conductor del coche bajó del mismo y se dirigió hacia ellos. El individuo presentaba signos evidentes de encontrarse bajo los efectos de bebidas alcohólicas.
Mientras uno de los vigilantes avisaba a la policía, el conductor les dijo que iba a aparcar el coche en un lugar donde no molestara, pero en realidad era un pretexto para huir. Jaime M. B. apretó a fondo el acelerador y escapó, sin darse cuenta que su automóvil iba dejando en la vía un rastro de aceite como consecuencia del choque.

Los policías locales sólo tuvieron que seguir el hilo de líquido graso, calle por calle, hasta llegar a la vecina localidad de Benetússer, concretamente a la calle Maestro Atanasio García Sabater. Allí localizaron el Ford Focus con la parte delantera destrozada y restos de sangre en su interior.
Momentos después apareció Jaime M. B. en estado ebrio y dijo ser el dueño y conductor del vehículo. Además, el hombre reconoció que había sufrido un accidente de tráfico en las obras del AVE.
Los agentes de la Policía Local, apoyados por una patrulla de la Guardia Civil, hallaron restos de cocaína en el coche, por lo que decidieron registrar de forma minuciosa el vehículo. Fue entonces cuando descubrieron una pistola con 12 balas en un doble fondo del maletero.
La Guardia Civil consultó en su base de datos y comprobó que el arma no estaba registrada. Por ello, Jaime M. B. fue arrestado por un delito de tenencia ilícita de armas y otro contra la seguridad del tráfico. El detenido, natural de Madrid, también había sido denunciado anteriormente por tenencia y consumo de drogas en la vía pública.

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