jueves, 28 de mayo de 2009

´La invité a un café de buena gente y sólo estuve cinco minutos con ella´


Un jefe de Seguridad del Estadio niega que intentara violar a una vigilante

M. REYES
Ruimán López Déniz, acusado de intentar violar a una empleada cuando era coordinador de seguridad del Estadio de Gran Canaria, negó ayer ante el tribunal que agarrara a la vigilante por el cuello y la obligara a practicarle una felación, minutos antes de que la Unión Deportiva Las Palmas se enfrentara al Málaga en marzo de 2004. "Sólo estuvimos hablando cinco minutos, porque de buena gente le dije que si se quería tomar un café", alegó el procesado ante la sección primera de la Audiencia Provincial.


El acusado reconoció en el juicio que estuvo a solas con la mujer en un cuarto del Estadio, pero que no hubo ningún tipo de contacto sexual. "Creo que me denunció para darle celos a su marido, porque estaba depresiva y en trámites de separación", añadió López. En el momento de los hechos coordinaba a unos 40 vigilantes, siendo su jefe Miguel Ángel Ramírez, hoy presidente de la Unión Deportiva Las Palmas y propietario de la empresa de seguridad contratada por la entidad deportiva.


Sin embargo, la víctima sostuvo todo lo contrario. Asegura que su superior la llamó con un gesto autoritario y la condujo hasta un cuarto destinado a los vigilantes. Luego sintió que cerraba la puerta con llave, la arrinconó contra la pared e intentó forzarla de diferentes maneras. "Lo único que decía era chúpala, chúpala, chúpala", testificó la denunciante, F. F. R., que opuso resistencia y logró disuadir al agresor tras sufrir tocamientos varios, según su relato.


Un empleado de la Unión Deportiva confirmó en parte esa versión, pues la víctima volvió a su puesto de trabajo y le contó lo que había ocurrido. El testigo dijo que Ruimán la llamó de manera autoritaria, que permaneció con él unos 20 minutos, y que después de eso regresó "con los ojos llorosos, cabizbaja y con síntomas de encontrarse mal". La confesión se produjo al final del partido de Liga, pues en un primer momento F. F. R. se resistió a contar lo sucedido.


Pero el empleado de la Unión Deportiva introdujo un elemento novedoso en su declaración de ayer, que sorprendió al propio tribunal. Según el testigo, la víctima pudo haberse inventado el intento de violación, porque no presentaba ningún botón roto de la chaqueta y ella le había dicho que Ruimán se los arrancó. Fue entonces cuando uno de los magistrados le preguntó: "¿Y cómo es posible que se acuerde de eso cinco años después?".


El empleado no supo precisar si olvidó ese dato o lo ocultó de manera deliberada, según él porque inició con la víctima una relación sentimental el mismo día de la supuesta agresión. Ella lo negó, pero la defensa aprovechó la coyuntura para cuestionar al testigo y pedir la absolución. La fiscal Cristina Ferrer solicitó ocho años de cárcel.

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