martes, 19 de mayo de 2009

Informes sobre quién merodea en el exterior de los colegios


El papel de los detectives suele «hacer frontera» con el de la Policía, aunque también pueden complementarse. De hecho, en los últimos tiempos ha surgido la figura del criminólogo investigador privado adscrito a una brigada policial de homicidios, y también actúan de peritos en juicios.
Es el caso, a cierta distancia, de los informes sobre colegios que cada vez piden más asociaciones y grupos de padres a los detectives privados, señala M.J.G., delegado de la zona norte de la asociación de investigadores privados Ipade. En este caso, estos profesionales se limitan a realizar informes sobre «los personajes que merodean en el exterior del colegio, con fotos, para determinar la posible peligrosidad». En la actualidad, los abogados de la empresa de seguridad Arco intentan determinar si la ley permite que la Policía pueda informar a un detective sobre una determinada persona con una actitud sospechosa; «simplemente si está fichada o no». «Los padres están muy sensibilizados con este asunto», argumenta M.J.G.
Seguimiento de morosos
Otra demanda en aumento para la seguridad privada procede de las empresas de cobro, del estilo del cobrador del frac. Los detectives no ejecutan deudas, pero sí pueden realizar seguimientos y hacer vigilancias sobre morosos, «para saber por ejemplo sus usos y costumbres y en qué gastan el dinero».
En Bilbao aún no se ha dado el caso, pero en otros lugares de España -en Madrid, Barcelona o en Sevilla, donde también han aumentado los barridos- se han presentado ante los tribunales imágenes grabadas por cámaras ocultas o grabaciones de micrófonos camuflados.
M.J.G. recuerda el caso de una mujer que, molesta porque le rayaban el coche un día tras otro, decidió contratar los servicios de un detective, que colocó una cámara oculta en el vehículo para averiguar la identidad del vándalo que cometía los destrozos. La clienta tuvo que escuchar que la persona que le causaba daños en el turismo era su propio hijo, molesto porque no le compraba el coche que le había pedido. Después, tuvo que llevar el caso a un juicio porque el seguro se negaba a asumir los daños al tratarse el autor de un miembro de su familia. Presentó en el proceso judicial las imágenes grabadas por la cámara.

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