Los amigos de lo ajeno hicieron su particular agosto el pásado sábado en el vestuario del C.D. Pozoblanco en la Ciudad Deportiva del Sevilla. Mientras se disputaba el último encuentro de competición que enfrentaba al Pozoblanco y al Sevilla C, alguien tuvo a bien apropiarse de móviles, relojes y dinero en efectivo de los jugadores blancos. Según manifestaciones del delegado del equipo, Juan Fernández, “al terminar el partido nos dimos cuenta que habíamos sido objeto de un importante hurto. Sin forzar la puerta, alguien entró y se llevó el dinero que tenían todos los jugadores en sus carteras, un reloj de Charaf, así como los móviles de Óscar Benito, Cubi, Salva…”. Fernández nos explicó que “como es habitual, Basi (el nuevo utillero del equipo) cerró el vestuario como de costumbre y se quedó con la llave, por lo que no sabemos quien puede entrar en el vestuario sin ningún problema. Es inconcebible que ocurran estos sucesos en las instalaciones donde juega un equipo de Segunda A, las cuales han de contar con cámaras de seguridad y con vigilantes especialmente preparados. A mí, personalmente, me robaron el dinero que suelo portar por si surge alguna contingencia, así como el destinado al árbitro. Ahora sólo queda enviar un escrito a Pablo Blanco, encargado de las categorías inferiores del Sevilla, para ver la posible solución que éste le puede dar al tema".
El delegado, que también nos confesó que era la primera vez que algo así le ocurría al equipo, cursó la correspondiente denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Pozoblanco; el resto de jugadores lo hará también a título propio. Esta ha sido, pues, la desagradable guinda a una temporada para olvidar en el C.D. Pozoblanco.
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