domingo, 13 de septiembre de 2009

«Tirachinas frente a fusiles»


Los armadores insisten en que sólo el embarque de militares en sus naves garantizará la seguridad para faenar en el Índico
El temor a que se repita un secuestro ha puesto a las empresas armadoras en pie de guerra. Las dos principales entidades con atuneros en aguas del Índico, la Asociación Nacional de Armadores de Buques Atuneros Congeladores (ANABAC) y la Organización de Productores Asociados de Grandes Atuneros Congeladores (OPAGAC), insisten en la necesidad de que tropas de élite del Ejército acompañen a las tripulaciones. «Desde que los franceses embarcan a cuatro miembros de Infantería no han sufrido ningún ataque y están pescando tranquilamente mientras nosotros cada vez estamos más lejos de los caladeros más ricos», lamenta Ricardo García, portavoz de Albacora, que cuenta con la mayor flota de atuneros de España.
El Ministerio de Defensa, por su parte, se escuda en que la ley no define de manera clara si los militares pueden proteger directamente a los barcos en aguas internacionales y considera la seguridad privada como la solución más efectiva para atajar el problema. Sin embargo, el tipo de armamento que pueden equipar los vigilantes no convence a los pescadores. «Son tirachinas comparados con los fusiles de asalto de los piratas», explica García. Más lejos
Los armadores califican de «ignorancia absoluta» la propuesta de la ministra Carmén Chacón para que los atuneros faenen más cerca los unos de otros a fin de que los buques de defensa de la 'Operación Atalanta' tengan más facilidades para su protección. «¡Pero si la fragata 'Canarias' se encontraba a dos millas de distancia del 'Intertuna Dos' cuando iba a ser atacada por los piratas...!», argumenta.
Para reducir el riesgo, los buques no han tenido más remedio que alejarse de la costa somalí. Hace tiempo que los armadores decidieron que sus naves no se acerquen a menos de 350 millas de la costa cuando se encuentran en el Cuerno de África. «Cuando las cosas se complicaron mucho con el asunto del 'Playa de Bakio' optamos por faenar a entre 500 y 600 millas de la costa, lejos de los caladeros más ricos. Y nos está pasando factura, porque el volumen de pesca ha descendido de manera muy significativa mientras los arrantzales están cada vez más angustiados», añade García.
Las capturas registradas son las peores de los últimos años. «Han descendido en un 50%», aseguran desde ANABAC. Pese a todo, los atuneros no se plantean la posibilidad de renunciar a los caladeros del Índico, ya que representan alrededor del 60% de su producción. «Es imposible, ni por cuestiones administrativas ni por cuestiones medioambientales, es decir, de sobreexplotación de recursos», añaden.
Desde el Gobierno vasco, sin embargo, se impulsa la puesta en marcha de contactos entre armadores y responsables de pesca de terceros países para valorar la posibilidad de optar a otros caladeros como los existentes en el Pacífico sur.

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