domingo, 20 de septiembre de 2009

Escuela de cazapiratas en Alicante


La situación de crisis y el aumento de desempleo, combinado con los ataques piratas a buques atuneros en el Índico, plantean a vigilantes de seguridad formarse para poder custodiar una de estas embarcaciones. Sólo en Alicante podrán acceder a un curso pensado para preparar a estos vigilantes en cazapiratas expertos. Para ello realizan actividades de supervivencia, armamento y navegación.

ivir en alta mar durante cerca de dos meses, estar alerta las 24 horas de la jornada y ser consciente de que en cualquier momento puede asaltar el buque un grupo de piratas no lo puede hacer cualquiera. Una intensa preparación y entrenamiento son las bases a las que se aferran aquellos que optan por ser vigilante en un buque atunero.
La academia GM Formación de Alicante es la única que oferta un curso de protección marítima en España. El ciclo formativo integra ejercicios de supervivencia, pruebas físicas de toda clase y preparación psicológica para poder soportar las condiciones que puedan darse a bordo de un buque atunero, o de cualquier otro tipo, que navegue por las aguas del Índico bajo la amenaza de un ataque pirata.
La autorización del Gobierno para embarcar a vigilantes de seguridad privada con el fin de defender a los pesqueros supuso para esta academia la posibilidad de entrenar a personas con este fin. El curso se condensa en una semana para facilitar el traslado a las personas que acuden a Alicante para formarse, ya asisten interesados de todas partes del país, mayormente de Galicia, Madrid, Andalucía y Euskadi (de donde vienen muchos escoltas privados). Durante esta semana, los alumnos contarán con profesionales que les enseñarán entre otros aspectos, defensa personal, respuesta psicológica, primeros auxilio, armamento y tiro y navegación. Piscina, mar y tierra son los campos de entrenamiento para estos alumnos, contando también con una parte más teórica, aunque en un 65% se trata de práctica.
El ciclo formativo tiene un coste de 600 euros, pero estos vigilantes de seguridad han visto en el proyecto una salida profesional que les reportaría hasta 4.500 euros al mes en caso de lograr empleo en uno de los barcos. Aún así el director de la escuela, Juan Carlos García, explica que no es tanto. "Hay que tener en cuenta que esa gente se tira día y noche pendiente de la situación. Además no están acostumbrados a vivir aislados durante tantísimo tiempo".
El perfil del "cazapiratas" es de hombre, mayor de 30 años y que ha sido militar, escolta o vigilante de seguridad. El director de la academia indica que aunque suene como algo "peligroso e incluso de película", la principal labor de estos vigilantes de la mar no es ir "pegando tiros, sino disuadir los ataques". Para ello explica que la prevención es su principal baza. Un estudio de la embarcación, del tipo de ataques, labores de vigilancia y más prevención, ayudan a evitar que se acometan los asaltos piratas.
La iniciativa para formar vigilantes surgió tras el secuestro del "Playa de Bakio", cuya tripulación cuya tripulación sufrió una semana de cautiverio en abril del año asado. Las compañías de seguridad comenzaron entonces a buscar personal cualificado para ampliar su línea de negocio protegiendo a pesqueros españoles.
Una de ellas, Eulen, entrenó a doce personas con ayuda de una empresa especializada en seguridad mercante internacional. Fueron estos hombres los encargados en custodiar el mencionado cablero Teneo de Telefónica, que registró la primera experiencia de introducción de agentes de seguridad privados en una embarcación de bandera española.
El único requisito indispensable para poder hacer el cursillo es tener el título de vigilante de seguridad. Ya que esto le da a la persona una formación base de dos meses. En cuanto al permiso de armas no es necesario para superar con éxito la semana de formación, aunque sí que sería necesario para poder ejercer como vigilante en un buque, ya que deberán hacer uso de las armas establecidas; escopeta y revólver.
Lo cierto es que por el momento a los pesqueros este servicio les supone un desembolso económico muy elevado para la mayoría de ellos. Además en algunos casos se da cierto recelo por una posible falta de experiencia o profesionalidad por parte de los vigilantes. Mientras tanto los empresarios y los propios pesqueros solicitan que haya una presencia militar a bordo, tal como ocurre por ejemplo en Francia.

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