miércoles, 16 de septiembre de 2009

Los atuneros recibirán ayudas para llevar a bordo seguridad privada


Los gobiernos central y vasco cofinanciarán, junto a los armadores, la contratación de vigilantes para sus barcos. Portarán armas largas para enfrentarse a los piratas
DV. Los atuneros españoles, en su mayoría vascos, que faenan en los caladeros del Océano Índico y que sufren la amenaza constante de los piratas somalíes deberán contratar seguridad privada si pretenden llevar a bordo hombres armados que puedan disuadir cualquier ataque. El 'número dos' del Ministerio de Defensa, Constantino Méndez, dejó claro ayer en Vitoria que «el ordenamiento jurídico español no permite» la presencia de militares en tareas de protección a bordo de medios privados.
Los armadores, hastiados tras los tres recientes ataques piratas a los buques Alakrana, Campolibre, Alai e Intertuna II -que consiguieron escapar poniendo mar de por medio- han reclamado que ésta vía es la única posible para sentirse seguros en las peligrosas aguas del Índico. Pero deberán ir cambiando de idea.
El secretario de Estado de Defensa aclaró ayer en Vitoria, donde se reunió con la consejera de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Pilar Unzalu, cuáles son las reglas del juego para los armadores españoles. De un lado, deben confiar en la operación militar europea Atalanta, en la que España colabora con una fragata y un avión de reconocimiento con base en Mombasa (Kenia) y que se «ajusta de forma permanente» para dar más seguridad a los buques, según Defensa.
Y, en segundo lugar, deben comenzar a adoptar medidas de autoprotección. Es decir, contratar seguridad privada. «Es algo obligado en cualquier sector de actividad privada sometido a riesgo, y éste lo está», expresó Méndez.
Es en esta segunda medida en la que los gobiernos central y vasco han comenzado ya a volcar sus esfuerzos. La consejera vasca y el representante ministerial anunciaron ayer que ambos ejecutivos van a «estudiar» la habilitación de una línea de ayudas económicas para cofinanciar junto a los armadores la contratación de vigilantes para sus barcos.
El plan aún está por definir, tanto en lo que se refiere a la participación de las administraciones como a los requisitos para acceder a ellas, aunque Unzalu matizó que se trata de una ayuda «excepcional» y «específica» para los buques que faenan en los caladeros de riesgo. Los representantes públicos no pudieron garantizar que la línea de ayudas pueda estar disponible para la presente campaña de pesca.
En este mismo sentido, el secretario de Estado de Defensa informó ayer de que España ha ampliado la capacidad de operación de las empresas de seguridad privada para supuestos como éste. En enero se aprobó una resolución que autorizó a los pesqueros españoles a disponer de protección armada a bordo, pero con la limitación de que sólo se podían portar armas cortas. Este mismo lunes, explicó Méndez, Interior ha emitido una nueva resolución en la que amplía la autorización y permite a las empresas de seguridad privada a enrolarse en los buques con «armas largas de precisión», al parecer más acordes para hacer frente a la amenaza pirata.
«Efectividad absoluta»
Los vigilantes que sean contratados por los armadores podrán, por tanto, utilizar fusiles de largo alcance para impedir los abordajes. Se trata, dijo el 'número dos' de Defensa, de un tipo de armamento «acorde a la amenaza» y «de efectividad absoluta» en este tipo de situaciones. Los cuerpos de seguridad privada, recordó Méndez, no están autorizados en España a utilizar armamento militar.
Las administraciones tienen previsto continuar sus contactos con las empresas atuneras -propietarias de los 17 buques españoles que faenan en la actualidad en la zona- para informarles de estas modificaciones legales y avanzar en la definición de las ayudas para la contratación de autoprotección. Defensa detallará también a los armadores los cambios operados en la operación Atalanta. Ayer mismo, según destacó Constantino Méndez, el cuartel general de la contribución española ordenó a la fragata Canarias -previa autorización del mando internacional- que abandone las labores de acompañamiento de buques mercantes por el corredor de Somalia y se aproxime a los caladeros donde faenan los barcos españoles para disuadir con su presencia a los piratas.
Constantino Méndez consideró «razonables» las quejas de los patrones de los barcos vascos, que reclaman una mayor proximidad de la fragata a las zonas donde opera la flota. «El área a cubrir es tres veces el Mediterráneo», argumentó el responsable de Defensa. «Es muy complicado garantizar las condiciones óptimas de presencia» en un territorio tan vasto.

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