Tres encapuchados irrumpieron el domingo por la noche en las instalaciones, sustrajeron el dinero de la recaudación de una cena para los socios y causaron daños por más de 14.000 euros
Encañonaron al vigilante con una escopeta recortada y desvalijaron el Guadalhorce Club de Golf. Pero no se contentaron sólo con el dinero. Destrozaron la alarma y buena parte del mobiliario de las oficinas. De hecho, los daños que causaron son mucho más cuantiosos que el botín del atraco.
El suceso ocurrió durante la medianoche del domingo al lunes. En las instalaciones sólo quedaba el vigilante, un empleado con experiencia que lleva más de dos décadas trabajando para el club. El hombre oyó un ruido en la entrada y fue a echar un vistazo. Entonces, escuchó a sus espaldas una voz que le advirtió: «¡Quieto ahí, como te muevas te disparo!».
Tres encapuchados se habían colado en las instalaciones tras destrozar la alarma. «En las imágenes -el robo quedó grabado- se observa cómo inutilizan el sistema de seguridad. Sabían lo que hacían, porque no tardaron nada en hacerlo, con golpes muy precisos», dice el gerente del club, Salvador Álvarez.
Mientras el atracador que portaba el arma apuntaba al guarda, los otros dos encapuchados entraron en las oficinas para registrarlas. Se apoderaron de unos tres mil euros, entre el dinero de la recaudación de una cena para socios y el cajón de monedas de un euro para el cambio. Y destrozaron el mobiliario. «Han arrancado cajones, han partido una mesa, se han subido en los muebles, han cortado los cables con un hacha... Está todo roto», añade el gerente, que cifra los daños entre 14.000 y 20.000 euros. Tras ello, emprendieron la huida. Pero antes de marcharse, advirtieron al vigilante: «Cuando nos hayamos ido, puedes llamar a quien quieras».
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