jueves, 1 de abril de 2010

Una oleada de robos en el Reblinco crispa a los vecinos, que piden el cese del comisario

Una oleada de robos en el Reblinco crispa a los vecinos, que piden el cese del comisario

Se sienten presos en sus viviendas y aseguran que sus carceleros son sus vecinos de puerta. Los residentes en El Reblinco, un barrio marginal de Avilés a pocos minutos a pie del parque del Muelle, están «hartos de la inseguridad». Sólo en marzo han presentado siete denuncias por robos en sus casas, algunas habitadas en el momento que se produjeron los hechos. A una octogenaria, aseguran, los cacos llegaron a agredirla. Quienes entran en sus casas son, según los afectados, de sobra conocidos. Les han visto nacer, conocen sus nombres de pila y también sus motes. Pero ahora el perdón no basta. Los vecinos manifiestan que no pueden dejar sus casas solas jamás. Ni tan siquiera, sentencian, para ir a un funeral o a celebrar un cumpleaños. Las vacaciones son ya, para ellos, impensables. «Saben cuando estamos fuera y aprovechan la mínima oportunidad para robarnos», recalcan.

Los afectados por los robos han comenzado hace días a recoger firmas y ya han reunido más de cien. Su intención es presentarlas después de Semana Santa en la delegación del Gobierno «para que cesen al nuevo comisario (Agapito Pérez)». «Desde que llegó este hombre hace unos dos meses hay menos vigilancia y somos conscientes de que no conoce El Reblinco, uno de los barrios más marginales de Avilés», explica una vecina, que añade: «Si hemos adoptado esta postura es también porque se niega a recibirnos». Los vecinos también tienen en mente crear una plataforma vecinal desligada de la asociación de Jardín de Cantos que lidera Antonio Cabrera.

Y es que, según los vecinos del Reblinco, el abandono del barrio «es una vergüenza». «Los políticos sólo se acuerdan de nosotros en elecciones y les importa un comino que podamos coger el tifus con la porquería acumulada en una de las viviendas de la entrada», recalca una vecina. Esta mujer, como otros muchos residentes, ha instalado un sistema de seguridad privada «aún pagando los mismos impuestos que en el centro de Avilés». Otros afectados piensan en adquirir perros para que les protejan sus casas. Los cacos, manifiestan, se llevan por delante todo lo que encuentran. En los últimos días se han hecho, según los vecinos, con un botín que incluye dinero en metálico, una televisión, un vídeo, un ordenador, una cadena de música y hasta una bolsa de patatas de freír.

Los vecinos recorrieron ayer el barrio en compañía del portavoz y concejal de ASIA, Miguel Ángel Villalba, quien manifestó que este barrio «no deja de ser un gueto consentido por el Ayuntamiento». Villaba precisó: «El gobierno local no pone los medios necesarios, tal vez deberían plantearse el tener aquí una patrulla permanente». Más aún, Villalba recomendó a otros concejales, no sin ironía, que visiten El Reblinco «para comprobar lo seguro que es».
 

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