Cinco acusados por llevarse el tendido para el alumbrado del barrio.El juicio no pudo celebrarse al no acudir el vigilante agredido en el robo
La Fiscalía solicita sendas condenas de cuatro años de cárcel para las cinco personas a las que acusa de haber robado doce toneladas y media de cable de cobre que la empresa Escoval iba a utilizar para instalar el sistema de alumbrado público de Valdespartera. Los cinco imputados estaban citados para sentarse ayer en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal número 5 de Zaragoza, aunque el juicio no llegó a celebrarse al no comparecer el principal testigo, el vigilante del recinto del que fue sustraído el cable, que fue agredido en dos asaltos que tuvieron lugar con una diferencia de tres días.Las defensas sostienen que los acusados no cometieron los robos y solicitan la absolución de los cinco imputados, para los que el ministerio público también reclama que indemnicen a la empresa con 73.586 euros: 48.343 por el cobre y 25.243 por los daños causados en el recinto.
Según mantiene el fiscal, los acusados se acercaron el 18 de agosto del 2007 al recinto que la constructora tenía en Valdespartera, en cuyo interior --vallado y de acceso restringido-- se encontraba el cobre. "Después de controlar y observar la situación de la obra, abandonaron el lugar, ya que el encargado de la seguridad les llamó la atención", indica el escrito de conclusiones provisionales.
Sobre las dos de la madrugada siguiente, señala, cinco personas entraron en la obra con tres vehículos propiedad de otros tantos acusados "y comenzaron a cargar mangueras de cobre" en ellos.
En esas llegó el vigilante del recinto de la constructora, que les dijo: "otra vez aquí, voy a llamar a la Policía". A lo que, al tiempo que comenzaban a propinarle patadas y manotazos, los asaltantes le respondieron: "te vas a ir de aquí por las buenas o por las malas". Quedó aturdido, aunque "no sufrió lesiones ni precisó asistencia médica".
Tres días más tarde, también de madrugada, indica el ministerio público, "regresaron de nuevo y cargaron más rollos de cobre en los citados vehículos". Volvió a aparecer el vigilante, al que, nada más verlo, comenzaron a gritarle: "comemierda vete de aquí, te vamos a matar, que está amenazado". El guardián, "atemorizado, abandonó el lugar sin poder impedir que los acusados se apoderaran del resto de material de cobre allí depositado e instalado".
El botín del robo consistió en 1,2 kilómetros de manguera de cable de cobre que sumaba un peso de 12.500 kilos. Estaba valorado en 48.343 euros.
Por otro lado, los daños provocados en las instalaciones por los autores de los dos robos ascendieron a 25.243 euros.
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