«Con el público tenemos que andar con mucho capote»

Responsable de la seguridad desde hace 26 años, es un enamorado de la Fiesta. Ilustre capataz, asegura que se ha retirado de la Semana Santa por enfermedad aunque está en la reserva activa. De los toros no se va.


—¿Qué implica la seguridad en la plaza de toros?

—Mantener y cumplir todo lo que recoge el Reglamento Taurino de Andalucía

—¿Cuántos forman parte de su equipo?

—Coordino a un grupo de 24 y 26 vigilantes dentro de la plaza. Mi hijo Fali es el jefe de personal y mi hija Cristina es mi ayudante.

—¿Cuál es el protocolo de actuación?

—Trabajamos todo el día, desde que viene el ganado por la mañana. En las taquillas y apoyo en portería antes de comenzar la corrida. Luego cada vigilante ocupa su puesto.

—¿Cómo es el público taurino?

—No es el mismo que el del fútbol o el de una discoteca, aunque con el público tenemos que andar con mucho capote. El público de Feria tampoco es el mismo que el de cualquier otra corrida.

—Digamos que es tranquilo.

—Se puede distinguir por su categoría y su educación.

—¿Qué tipo de incidentes ocurren?

—Siempre son los mismos. Suelen decir «yo he pagado y tengo derecho» pero también hay obligaciones. No se puede entrar en la localidad una vez comenzada la lidia. Y no se puede abandonar a no ser por fuerza mayor.

—¿Y los vídeos?

—Hoy es más complicado y hay que hacer la vista gorda porque la cámara la pueden traer puesta en la solapa o usar los móviles. Pero también lo advertimos.

—¿Qué toreros son una apuesta segura?

—Apostar por los toreros es muy fácil. Hay que apostar por los toros. Pero hay dos cosas en la vida que nadie sabe cómo van a salir por muy buena presencia que tengan: el melón y el toro.

—¿Es un momento conflictivo cuando se abre la Puerta del Príncipe?

—No especialmente. Apoyamos a la Policía para que el torero pueda salir bien pero estoy más preocupado por los carteristas que aprovechan la ocasión.

—Qué faena no olvidará con toda seguridad.

—La de El Viti a un toro que era un marrajo. No le dio ni un muletazo y le cortó las dos orejas. Lo hizo lidiando. Hoy en día se ha perdido.