Fuentes de Metro informan de que en aquella agresión estuvieron implicados dos vigilantes y que los dos fueron despedidos, aunque el juicio de hoy solamente es a uno de ellos.
En el parte de seguridad de los sucesos de aquella noche y que contiene la versión de los agentes implicados, éstos aseguran que entraron cuatro personas a la estación en aparente estado de embriaguez y que a la hora de darles el alto para que no entraran se produjo el altercado.
Una vez que Metro tuvo constancia del hechos, porque se personó Policía Nacional y Municipal, la empresa se puso a disposición de los juzgados para darles el material y la información de que disponía.
Las fuentes de Metro condenaron este tipo de actos e instaron a la empresa de seguridad (CASESA) a que los agentes fueran despedidos y no volvieran a trabajar en Metro, porque Metro "ni ampara ni protege" estos comportamientos y colabora para esclarecer los hechos
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