MADRID, 24 Feb. (EUROPA PRESS) -
Vigilantes de seguridad privada han cortado esta tarde al tráfico la glorieta de la Carlos V, en las confluencias de la calle Atocha y Paseo del Prado, en una manifestación en la que se han reunido unas 4.000 personas, según los convocantes, para exigir a la patronal un nuevo convenio laboral y denunciar el intrusismo ilegal en organismos oficiales y aeropuertos.
Las marchas de los agentes de seguridad privada se están produciendo simultáneamente en varias ciudades de España, convocadas por Unión General de Trabajadores, la Confederación Sindical de Comisiones Obreras y la Unión Sindical Obrera.
El responsable sectorial de Seguridad de UGT Madrid, Rafael Saldaña, explicó a Europa Press que con esta movilización muestran su oposición al "bloqueo" de la negociación colectiva planteada por la patronal desde que terminó el convenio laboral el pasado 31 de diciembre, "que deja en una situación de indefensión a los 100.000 trabajadores del sector en toda España, 25.000 de ellos en la Comunidad de Madrid".
"Hablamos de un colectivo que cobra 900 euros por 40 horas y que hace muchas horas extras. Queremos un recorte de la jornada y una adecuación de las leyes para trabajos por turnos. La patronal quiere ahora congelarnos el sueldo alegando que hay crisis y a futuras sentencias, que les van a condenar a pagar grandes cantidades por no reconocer horas extraordinarias", señaló Saldaña.
En la Comunidad de Madrid trabajan 25.000 vigilantes de seguridad privada, la mayoría en el Metro, Cercanías de Renfe, en el aeropuerto de Barajas, instituciones públicas, Ministerios, oficinas bancarias y centros comerciales. Un total de 300 empresas de toda España proveen de vigilantes de seguridad a estos centros. Por su parte, el vicepresidente de la Asociación Española de Vigilantes de Seguridad, Juan Rojas, criticó la situación de "intrusismo" se repite en aeropuertos, organismos oficiales de las comunidades autónomas, centros comerciales y tiendas.
"Hay tres intrusos por cada vigilante de seguridad inactivo", dijo Rojas esta mañana en declaraciones a Punto Radio recogidas por Europa Press. Los "intrusos" son personas "sin titulación del Ministerio del Interior" que ejercen como vigilantes, y acusó que "en las empresas en que más intrusos hay es en las dos más fuertes, Prosegur y Securitas".
Rojas explicó que este tipo de "intrusos" registran bolsos y piden el carnet a los ciudadanos cuando ello es "ilegal". Puntualizó que en el aeropuerto, por ejemplo, sólo están en regla los agentes "sentados en el scanner", y que el resto son auxiliares. "No todo el que lleva uniforme es un vigilante", añadió, y explicó que quienes los son "deben llevar su placa en el pecho".
En relación a la posible solución de la situación, Rojas señaló que los ciudadanos "pueden y deben" pedir la placa o acreditación de un uniformado de una empresa de seguridad, quien "tiene la obligación" de enseñarla.
Finalmente, señaló como responsables a la policía que "permite que trabajen sin placa", a las empresas, y al Ministerio del Interior "que no hace cumplir sus propias leyes".
Vigilantes de seguridad privada han cortado esta tarde al tráfico la glorieta de la Carlos V, en las confluencias de la calle Atocha y Paseo del Prado, en una manifestación en la que se han reunido unas 4.000 personas, según los convocantes, para exigir a la patronal un nuevo convenio laboral y denunciar el intrusismo ilegal en organismos oficiales y aeropuertos.
Las marchas de los agentes de seguridad privada se están produciendo simultáneamente en varias ciudades de España, convocadas por Unión General de Trabajadores, la Confederación Sindical de Comisiones Obreras y la Unión Sindical Obrera.
El responsable sectorial de Seguridad de UGT Madrid, Rafael Saldaña, explicó a Europa Press que con esta movilización muestran su oposición al "bloqueo" de la negociación colectiva planteada por la patronal desde que terminó el convenio laboral el pasado 31 de diciembre, "que deja en una situación de indefensión a los 100.000 trabajadores del sector en toda España, 25.000 de ellos en la Comunidad de Madrid".
"Hablamos de un colectivo que cobra 900 euros por 40 horas y que hace muchas horas extras. Queremos un recorte de la jornada y una adecuación de las leyes para trabajos por turnos. La patronal quiere ahora congelarnos el sueldo alegando que hay crisis y a futuras sentencias, que les van a condenar a pagar grandes cantidades por no reconocer horas extraordinarias", señaló Saldaña.
En la Comunidad de Madrid trabajan 25.000 vigilantes de seguridad privada, la mayoría en el Metro, Cercanías de Renfe, en el aeropuerto de Barajas, instituciones públicas, Ministerios, oficinas bancarias y centros comerciales. Un total de 300 empresas de toda España proveen de vigilantes de seguridad a estos centros. Por su parte, el vicepresidente de la Asociación Española de Vigilantes de Seguridad, Juan Rojas, criticó la situación de "intrusismo" se repite en aeropuertos, organismos oficiales de las comunidades autónomas, centros comerciales y tiendas.
"Hay tres intrusos por cada vigilante de seguridad inactivo", dijo Rojas esta mañana en declaraciones a Punto Radio recogidas por Europa Press. Los "intrusos" son personas "sin titulación del Ministerio del Interior" que ejercen como vigilantes, y acusó que "en las empresas en que más intrusos hay es en las dos más fuertes, Prosegur y Securitas".
Rojas explicó que este tipo de "intrusos" registran bolsos y piden el carnet a los ciudadanos cuando ello es "ilegal". Puntualizó que en el aeropuerto, por ejemplo, sólo están en regla los agentes "sentados en el scanner", y que el resto son auxiliares. "No todo el que lleva uniforme es un vigilante", añadió, y explicó que quienes los son "deben llevar su placa en el pecho".
En relación a la posible solución de la situación, Rojas señaló que los ciudadanos "pueden y deben" pedir la placa o acreditación de un uniformado de una empresa de seguridad, quien "tiene la obligación" de enseñarla.
Finalmente, señaló como responsables a la policía que "permite que trabajen sin placa", a las empresas, y al Ministerio del Interior "que no hace cumplir sus propias leyes".
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