La Policía aconseja a los boticarios blindar sus locales para evitar robos

Cámaras y cierres con cristales blindados, entre las recomendaciones · El Colegio de Farmacéuticos colabora con los Cuerpos de Seguridad para frenar la ola de atracos
Las farmacias de Málaga han sufrido 17 atracos en el último mes y medio. La oleada de robos con intimidación empezó en diciembre pasado, mes en que se registraron 10 asaltos a boticas, y la situación ha obligado a adoptar medidas de coordinación entre el Colegio Oficial y los cuerpos de seguridad. Además de un despliegue especial de vigilancia por parte de la Policía Nacional, los agentes han recomendado a los titulares de las oficinas de farmacia que se blinden con todo tipo de dispositivos de seguridad: cámaras en las zonas de venta, cierres metálicos con cristales blindados y regulados a distancia, pulsadores antiatraco o la conexión con una central de alarma mediante un teléfono móvil.

Según dijo ayer el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Málaga, Javier Tudela, un porcentaje "pequeño" de establecimientos cuenta con cámara de vigilancia desde hace años, aunque ahora se están contratando más dispositivos de seguridad a raíz del aumento de asaltos. Tudela precisó que las medidas policiales puestas en marcha son "efectivas" y que ya se han producido detenciones que han permitido esclarecer siete de los robos a farmacias.

Responsables de la Brigada de Seguridad Ciudadana y de la Policía Judicial han impartido a los boticarios una conferencia esta semana -hay prevista otra para dentro de unos días- donde han efectuado sus recomendaciones en materia de seguridad, además de una serie de medidas preventivas. Por ejemplo, ubicar la caja registradora en una zona visible desde el exterior; cerrar puertas y ventanas al salir del local; y llamar al 091 o al 092 si se detecta la presencia de una persona sospechosa. En definitiva, adoptar una "actitud vigilante". En caso de ser víctima de un atraco, los consejos son variados: "Mantener la calma, procurar los sistemas de alarma, no poner en peligro la vida ni la integridad física y fijarse en el aspecto físico y el vestuario de la persona para ayudar a su posterior identificación".

Los robos a farmacias han afectado indiscriminadamente a todas las zonas de la capital, aunque las oficinas ubicadas en puntos de fácil huida son las más perjudicadas. Se suelen producir en horario de atención al público -las oficinas que están abiertas por la noche atienden a través de dispensadores metálicos- y el objetivo es hacerse con un botín en metálico. "Pero la recaudación se suele retirar pronto y muchas veces sólo encuentran cambio", explicó Tudela.

"Nos podemos sentir satisfechos y seguros con las medidas que se están adoptando", dijo Tudela en tono tranquilizados. Recordó que el Colegio ofrece asesoramiento jurídico a las víctimas y se persona como acusación cuando hay denuncia. Confió en que esta oleada de robos, como ocurrió en 2007, se diluya en breve, y rechazó la figura de un vigilante de seguridad en la puerta de una farmacia. "El sistema policial es efectivo y se están viendo resultados", insistió.
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