domingo, 22 de febrero de 2009

Un edificio condenado desde su apertura


Desprendimientos, una distribución irracional y un calor insoportable, deficiencias del actual Palacio de Justicia
L. Á. VEGA
El actual Palacio de Justicia de Oviedo, en Llamaquique, estaba condenado desde el principio. Francisco Álvarez-Cascos puso la primera piedra en octubre de 1997, pero el edificio no se abrió al público hasta cuatro años más tarde, sin inauguración oficial. Quizás es que nadie se atrevía a hacerlo. El primer aspecto que, a primera vista, causó estupor fue la distribución, llena de pasillos disfuncionales y paredes en ángulo.

Pero lo peor no tardaría en llegar. En enero de 2002 se desplomó la primera baldosa de la fachada, y seguirían unas cuantas, no sólo en el exterior, sino en el interior, lo que obligó incluso a cerrar el acceso a uno de los pasillos del Juzgado de menores en junio de 2006. Estos desprendimientos obligaron a realizar obras en el palacio.

Luego se comprobó que el edificio era una nevera en invierno y un horno en verano. En marzo de 2005, los funcionarios del servicio de notificaciones y embargos colocaron papeles de periódico para protegerse del frío (ahora hay mamparas), y el 17 de julio de 2006 hubo que desalojar a los del Juzgado número 5 porque había 40 grados. Algunos funcionarios colocaron incluso sombrillas para protegerse del sol. Además, adolecía de la falta de una garita para los vigilantes de seguridad en la zona de los Juzgados y de espacios separados para víctimas y agresores en el Juzgado de guardia.
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009022200_31_728699__Oviedo-edificio-condenado-desde-apertura

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