La renovación de la licencia de explotación de la central de Cofrentes hasta 2021, autorizada hace un par de semanas por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), no será la última prórroga que solicite el titular, Iberdrola.
De hecho, la instalación tiene previsto estar operativa más allá de la vida útil para la que fue concebida, 40 años, siguiendo el ejemplo de varios reactores del mismo diseño que el instalado en el municipio valenciano, tal y como explicaron ayer fuentes de la central. Para ello, durante los últimos ejercicios se han realizado trabajos de mejora y conservación de los materiales en las zonas sensibles.
Por ejemplo, periódicamente se realizan inyecciones de hidrógeno en la vasija que contiene el reactor con el objetivo de evitar procesos de oxidación. De hecho, no se descarta mantener la central en funcionamiento durante 60 años, tal y como se dijo en una visita para los medios organizada en 2010.
De momento, el primer objetivo, que es el visto bueno del Gobierno a la prórroga de la licencia por diez años más, parece bastante sencillo de conseguir, después de que el Congreso aprobara la Ley de Economía Sostenible, que incluye una enmienda que permite ampliar la vida útil de las centrales españolas más allá de los 40 años.
Tras el informe favorable del CSN, sólo falta el visto bueno del Consejo de Ministros. Si se obtiene, Cofrentes estará funcionando hasta 2021, lo que significa que dentro de una década habrá consumido 37 de los 40 años de su vida útil, pues entró en funcionamiento en 1984. Además, teniendo en cuenta la citada ley, siempre que se cumplan los criterios de seguridad, no será complicado que Iberdrola pueda conseguir una nueva prórroga más allá de la que en la actualidad tramita el Gobierno.
Precisamente, la asociación ecologista Tanquem Cofrents organizó ayer una acción en la avenida de Francia de Valencia para solicitar el cierre de la nuclear al considerar «que su periodo de vida útil llega a su fin». Los activistas desplegaron una enorme pancarta de 60 metros con el símbolo de radiación, que se situó en la rotonda ubicada junto a la sede de Iberdrola. Además, un grupo de activistas intentó descolgar un cartel desde el hotel del complejo Aqua, una acción que abortaron los vigilantes de seguridad.
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