El ADIF cortó el punto por donde transitaban sin informar previamente de ello ni aportar soluciones alternativas
Hace tiempo que los vecinos del entorno de la estación de ferrocarril y de la calle de A Escardia se movilizaron para evitar que la construcción del nuevo trazado ferroviario, confusamente conocido como AVE atlántico, degenerase en su aislamiento, obligando a quienes viven más allá de las vías a dar un rodeo de dos kilómetros, a través del paso elevado de San José, para poder cruzar la infraestructura. De esta preocupación dan fe los sucesivos escritos que, desde diciembre del 2005, el colectivo ha remitido tanto al Concello de Vilagarcía como al Ministerio de Fomento. Sin embargo, ni siquiera todo el celo demostrado por los habitantes de esta zona del municipio ha sido suficiente para que el ADIF, la compañía estatal que sustituye a la antigua Renfe, garantice el tránsito a los afectados.
Sin previo aviso, el administrador ferroviario acaba de impedir el acceso a las vías en el punto que, incluso antes de que la estación fuese construida, se utiliza para cruzar hacia el centro de la ciudad. «Nos han puesto dos vigilantes de seguridad para no dejarnos pasar, lo que yo me pregunto es por qué no utilizan a estos vigilantes para, precisamente, permitir que crucemos sin peligro», subraya indignado un vecino. Los afectados se concentraron ayer en la calle de A Escardia para manifestar su protesta ante la medida adoptada por el ADIF y, sobre todo, la ausencia de alternativas a un rodeo que a todas luces les parece excesivo.
Porque, si bien es cierto que hace meses comenzó la construcción de un paso subterráneo bajo el trazado del tren, no lo es menos que los trabajos de excavación están parados desde Navidad. «Dicen que han encontrado un manantial y que no pueden proseguir, pero según el plan de obra este paso ya tendría que estar listo», lamentan los integrantes de un colectivo que está dispuesto a movilizarse cuantas veces sea necesario hasta que el ADIF o la Dirección General de Ferrocarriles, dependiente de Fomento, habiliten una solución. Recuerdan, en este sentido, que existe un compromiso al respecto del ministerio, adoptado en el 2006 bajo la alcaldía de Javier Gago.
«O que eu me pregunto é se no País Vasco se lles ocorrería facer o mesmo», añade otro de los afectados, que tampoco oculta su enfado. Entre otras cuestiones porque, al parecer, la empresa constructora llegó a cursar aviso a una patrulla de la Policía Nacional para evitar que, este martes, un vecino de A Escardia cruzase las vías junto a sus tres hijos pequeños.
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