jueves, 11 de marzo de 2010

Las enfermeras reciben cursos de autoprotección

En el 80% de los casos hay indicios que delatan al agresor, y el profesional debe advertirlos para poner en marcha estrategias


Ni la intuición ni la fuerza física funcionan. ¿Qué hacer ante una situación que se escapa de las manos? El Colegio Oficial de Enfermería acaba de impartir un curso de autoprotección para su colectivo. No es autodefensa ni tampoco artes marciales. Un centenar de enfermeras riojanas ha aprendido un conjunto de técnicas para lograr salir 'airoso' ante una crisis. El objetivo es zafarse, librarse del agresor para poder pedir auxilio y poner en marcha los protocolos previstos.
Pero, ¿se puede predecir un ataque? Vanessa Adán, enfermera y directora del curso de la Academia CIFE, asegura que sí en el 80% de los casos. Hay indicios que delatan al agresor: ansiedad, nerviosismo, sudor, invasión del espacio del otro, el tono y el ritmo de la voz elevados, no soporta que le interrumpan ni una negativa... Pistas suficientes para ponerse en alerta.


Hay tres puntos clave para observar: el lenguaje corporal, el verbal y el entorno. El 80% de las situaciones son agresiones verbales pero si no se sabe reconducir la escalada verbal para minimizarla puede derivar en una agresión física.

¿Y el entorno? Adán subraya su importancia: «Son lugares reducidos; el diseño de la consulta y del box no favorece nada al profesional en estas situaciones». La disposición de una mesa en una consulta puede convertirse en una trampa que no permitirá al médico salir de la estancia cuando un descontrolado paciente se levante de su silla y le acorrale. «La disposición del mobiliario debe ser tal que permita que el profesional sea el primero que pueda salir y pedir ayuda».

El objetivo, zafarse

El box es otro lugar de peligro. En él se encuentran jeringuillas, bisturíes, palos de suero... herramientas todas ellas que en un momento de tensión pueden transformarse en peligrosas armas en manos de un sujeto fuera de sí. «Son medidas de prevención que seguramente no van a impedir que surja la situación pero sí van a influir en que el profesional salga o no agredido».

¿Y cuando se produce el salto a la violencia física? «Enseñamos habilidades corporales, es la biomecánica de reconducción del cuerpo humano». «El objetivo es zafarse, no enfrentarse porque no podemos generar más violencia. Estaría al margen de la normativa sanitaria. Se aprovechan ángulos de seguridad, se juega con el equilibrio, las distancias, todo lo que nos permita escapar».

El control mental es otro pilar porque ¿de qué sirven las técnicas si en el momento clave el miedo paraliza la acción. La calma es clave. Pero no hay recetas mágicas, sólo el disponer de estrategias garantiza poder salir íntegro de la situación.

Fuente:La Rioja

Suplemento Temático: Seguridad en Hospitales

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