Los guardas recriminaron a unos alborotadores su actitud y estos se revolvieron contra ellos y les agredieron
Tres jóvenes -uno de 31 años y los otros dos pendientes aún de identificar-, fueron detenidos la noche del pasado martes por la Ertzaintza después de que agredieran a los vigilantes de seguridad de la estación de ferrocarril de Abando, ubicada en el centro de Bilbao, que les recriminaron su violenta actitud. El suceso se produjo alrededor de las diez menos cinco de la noche. Al parecer, un grupo de jóvenes se introdujo en la intermodal, que da también acceso al metro, y empezó a gerenar alboroto. El personal de seguridad acudió a intentar mediar en el altercado, señala la nota de prensa emitida ayer por el Departamento de Interior.
Los individuos estaban provocando «problemas y altercados» con otras personas que se encontraban en las instalaciones. Cuando los vigilantes fueron a intervenir, los alborotadores se volvieron contra ellos y empezaron a agredirles, por lo que tuvieron que pedir refuerzos a la Ertzaintza. Les propinaron patadas y puñetazos, y seguidamente abandonaron la estación. Tras la agresión, los guardas presentaban hematomas y contusiones en la cara y el resto del cuerpo.
Tiroteo en agosto
Los heridos facilitaron a los ertzainas una descripción física de los agresores. Los policías localizaron a tres posibles sospechosos en una calle cercana, y procedieron a su detención bajo la acusación de un delito de lesiones. Sólo uno de ellos pudo ser identificado como un varón de 31 años. La Policía autonómica continuaba ayer con las gestiones para obtener los datos personales de los otros dos arrestados.
Tras el tiroteo registrado en agosto de 2008 entre un escolta y un vigilante de la estación de Abando, los guardas de la empresa de seguridad LPM dejaron de llevar pistola y sólo van armados con la defensa, indican fuentes del sector.
Éste no fue el único incidente protagonizado por vigilantes de seguridad. Sobre las ocho de la mañana del martes, un guarda del hospital de Basurto requirió a cuatro personas que se encontraban durmiendo en la sala de espera de Urgencias para que desalojaran el lugar. Uno de ellos, C.G., de 37 años, esgrimió una navaja contra el vigilante y le desafió afirmando que no se iba a ir. Posteriormente, fue detenido por la Policía Municipal por un delito de amenazas con arma blanca
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