TRES CANTOS (MADRID), 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Guardia Civil desarticuló una organización especializada en la extorsión a empresas del sector de la construcción ubicadas en la zona noroeste de la Comunidad de Madrid, para hacerse con el control de las mismas, y detuvo a nueve personas de la banda.
Según informó el Jefe de la Policía Judicial, Javier Rojo, los agentes pertenecientes al Área de Investigación de Collado Villalba comenzaron la investigación, denominada operación 'Caballo Blanco', el pasado verano, cuando se conoció un ataque al vigilante de una obra, que recibió un cóctel molotov contra su vehículo. El coche quedó calcinado, aunque el vigilante salió indemne.
Rojo explicó, en rueda de prensa, que fruto de las primeras indagaciones se pudo comprobar que un gran número de obras, situadas en la zona noroeste de la Comunidad de Madrid, estaban en la actualidad "custodiadas" por personal relacionado con un mismo individuo, supuestamente el cabecilla de un grupo organizado.
En numerosas ocasiones, aún contando la empresa con el "contrato" de vigilancia pagado a la red ahora desmantelada, se producían robos en las mismas o en empresas aledañas, lo que, en la mayoría de las ocasiones, suponía un aumento sobre la cuota de vigilancia.
"De la documentación intervenida se ha comprobado que las mensualidades que esta organización delictiva venía cobrando a las empresas constructoras eran de unos 1.800 euros", aseguró Rojo, habiendo resultado afectadas más de una veintena de empresas.
MODUS OPERANDI
En un primer lugar, el cabecilla de la organización, acompañado por alguno de sus más estrechos colaboradores, visitaba a los encargados de obra, a quien "avisaba" de las consecuencias que podrían sufrir si no contrataban sus servicios, así lo relató el comandante Roberto Tirado, responsable de la operación. Con el fin de conseguir sus propósitos no dudaban en perpetrar robos de material e incluso daños en las obras que eran objeto de hacerse con su control.
Posteriormente, prosiguió, tras aceptar "sus servicios", dotaban a su vigilante de una furgoneta, en unas ocasiones, o de una caseta de obras, en otras, en la que vivían en condiciones infrahumanas e insalubres, siendo generalmente ciudadanos extranjeros en situación irregular, que venían cobrando unos 400 euros mensuales.
Para garantizar la permanencia de la vigilancia, los integrantes de la organización se pasaban de forma habitual con sus vehículos por las obras, intimidando con su presencia a los encargados. En algunas ocasiones se ha llegado a tener conocimiento de enfrentamientos, con vigilantes de seguridad encargados de la vigilancia de obras aledañas y que no eran empleados suyos.
Los detenidos son R.R.C., de 45 años; R.R.L, de 74 años, presunto cabecilla del grupo; Y.R.C., de 36 años; I.R.M., de 22 años; I.R.M., de 20 años; T.R.D., de 19 años; J.J.G., de 19 años; M.J.P., de 42 años y D.R.C. de 27 años. A los detenidos les figuran numerosas detenciones, por delitos de diversa naturaleza, entre los que destacan delitos contra el patrimonio.
Tras las detenciones efectuadas, se realizaron varios registros donde fueron intervenidas tres armas de fuego cortas, municionadas, dos armas detonadoras, tres escopetas de caza y 79.000 euros en metálico, la mayoría en billetes de 500 euros, y que fueron localizados ocultos en un calcetín.
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