
Los vigilantes de la Comunitat que defenderán a los atuneros en el Índico serán instruidos para hacer frente a cuatro peligrosos grupos de asaltantes
El último secuestro de un atunero vasco a manos de piratas somalíes evidencia la necesidad de protección de las embarcaciones. Defensa, en cambio, sostiene que el pesquero faenaba fuera de la zona vigilada por la Armada.
Quizá con la presencia de los vigilantes valencianos, que la empresa Levantina ha seleccionado, el ataque podría haberse contrarrestado. Pero, por el momento, no tienen todavía la autorización del Ministerio para la compra del armamento especial. Iniciarán su formación en Alicante, a la espera del visto bueno. A los cinco días de recibirlo estarán ya embarcados.
El personal contratado en la Comunitat, la mayoría con experiencia militar, recibirán una amplia información de cómo trabajan estos grupos armados. Conocerlos supone una buena arma de defensa. La empresa de seguridad dispone de un amplio informe donde se detallan las características de cuatro peligrosas bandas. Se trata de los Guardacostas Voluntarios, los Grupos de Marka, los Grupos de Puntlandia y Los Marines Somalíes. Los grupos de Marka es un conglomerado de pequeños grupos con un bajo nivel de organización. No obstante, algunas de sus naves disponen de cañones en cubierta. A sus actividades ilícitas, además del secuestro de barcos, añaden el contrabando. Esta característica suele ser común al resto de bandas. No se dedican únicamente al secuestro de barcos. La organización obtiene fondos de otras actividades ilícitas. Todos los grupos suelen, además, gozar del apoyo de algún dirigente o grupo de poder en el país.
La mayor amenaza para los pescadores se representa bajo el grupo de los Marines. Son muy organizados y también los más activos en la actualidad. Fueron los autores del secuestro del Playa de Bakio. Su estructura de mando es similar a la de un estado mayor militar. Cuentan con un almirante general, un vicealmirante e incluso un responsable de actividades financieras. Sus negocios incluyen el tráfico de armas. Disponen, aparte de lanchas rápidas, de buques nodriza para sus asaltos.
Los vigilantes valencianos puede que tengan que verse las caras con alguno de estas organizaciones. El número de miembros puede llegar a los 1.500. En las clases teóricas que recibirán en el centro de formación Oasi, situado en Alicante, también se les explicará el «modus operandi». El informe detalla especialmente el plan de ataque de los Marines Somalíes, la organización más peligrosa y activa. Tienen al menos dos bases conocidas. Desde ellas proyectan sus ataques. El grupo cuenta con embarcaciones rápidas de fibra de vidrio con motores fuera borda.
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