sábado, 24 de octubre de 2009

4.000 jóvenes llevan el botellón a 'Teleco' por la presencia policial en Industriales


«Por mucho que hagamos, está demostrado que no hay forma» .La Universidad de Valladolid no ha podido evitar que se celebrara ayer el 'macrobotellón' en sus instalaciones. De nuevo, se ha sentido impotente, aunque el rector intentara adelantarse al evento autorizando el acceso policial al campus del Esgueva (Industriales) donde se había convocado la fiesta a través de la red social tuenti. La cita estaba en las agendas de numerosos universitarios -tercer viernes de octubre, celebración de San Lucas, patrono de la Facultad de Medicina-, pero el escenario resultó un fiasco cuando por la mañana numerosos estudiantes empezaron a llegar al punto de encuentro y la presencia policial les disuadió de hacer el despliegue de bolsas cargadas con botellas, 'tetrabriks' y latas .
No importó. Siguieron el camino hasta la explanada de Telecomunicaciones, en el campus Miguel Delibes, un espacio abierto, sin vallas ni cerramientos, que fue tomado literalmente por 4.000 jóvenes (universitarios en su mayoría), según fuentes de la Policía Municipal.
Al tiempo que las autoridades académicas conocían a primera hora del día este cambio de planes, el rector de la UVA se puso de nuevo en contacto con el Ayuntamiento para autorizar de nuevo el acceso de los agentes al improvisado escenario, en el caso de que fuera necesario. Y hasta allí se tuvieron que trasladar también los vigilantes contratados por la Universidad, mientras los agentes vigilaban y controlaban de lejos. No obstante, estas mismas fuentes confirmaron que la concentración, que prosiguió hasta casi entrada la noche, se había desarrollado sin incidentes. «Lo único que sabemos a esta hora es que han dejado aquello hecho una pocilga», dijo por la tarde el vicerrector de Planificación Estratégica, Alfonso Redondo, quien subraya que a pesar de haber pedido la colaboración de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, hecho muy criticado por algunas asociaciones estudiantiles como Alternativa Universitaria. «No queríamos de modo alguno una batalla campal, eso hay que evitarlo por encima de todo». A su juicio, es necesario que se conciencien. «Les ponemos contenedores y no sirve de nada, acaban volcados en el suelo. Es un problema social, en la Universidad ponemos de nuestra parte todo lo habido y por haber pero por mucho que hagamos está demostrado que no hay forma».
La institución académica tiene una normativa específica para celebrar fiestas en sus instalaciones, en la que se exige que alguien se responsabilice de la organización y haya un seguro de responsabilidad, por lo que la celebración del botellón incumple la normativa. Es más, a pesar de las autorización del rector para permitir el acceso policial a las instalaciones, la Universidad se ve impotente para evitar estas celebraciones que conllevan la contratación de una decena de vigilantes, como en este caso, y el envío de cuadrillas para limpiar la zona de 'acampada'.
Alumnos de Medicina, Empresariales, Derecho, ADE, Económicas, Arquitectura, Relaciones Públicas y Turismo; de institutos como Juan de Herrera y Zorrilla, de la Escuela de Arte y Educación de Adultos, participaron en la cita. Con el carné en la mano, mostraban su mayoría de edad, mientras Jonathan confesaba sus 17 años y estar en paro. Buscaba trabajo. (No en ese momento).

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