La institución académica contrata a 11 vigilantes al conocer la convocatoria de la concentración en el paseo del Cauce
El rector de la Universidad de Valladolid ha dado un paso al frente para evitar los macrobotellones en el campus que tanto dañan la imagen de la UVA. Evaristo Abril ha remitido sendos escritos a la Subdelegación del Gobierno y al Ayuntamiento de Valladolid solicitando que ambas instituciones den las órdenes oportunas a los responsables de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y a la Policía Municipal para que se adopten, «en el ámbito de sus competencias y con carácter de urgencia», las medidas de vigilancia e intervención para impedir cualquier infracción a la normativa vigente en materia de consumo de bebidas alcohólicas en lugares públicos.
La solicitud se produce después de que las autoridades académicas hayan tenido conocimiento de la convocatoria para hoy de un macrobotellón, promovido por estudiantes y personas ajenas a la comunidad universitaria, en las instalaciones de la UVA situadas en la avenida Valle Esgueva 6 y Paseo del Cauce. Aunque la Universidad ha contratado a once vigilantes, la realidad les impide enfrentarse a los participantes del botellón. De ahí que hayan solicitado la colaboración policial, otorgando de antemano su autorización, para que accedan a los espacios universitarios en caso de que así lo solicitaran los vigilantes.
Medidas preventivas
Las autoridades académicas argumentan que «ya no pueden hacer más» para impedir la organización de botellones que tienen lugar en el campus, a pesar de las medidas preventivas y correctivas que ponen en marcha como son las campañas de sensibilización, la contratación de vigilancia y la limpieza. Además, consideran que este tipo de situaciones plantean serios riesgos de incumplimiento de la normativa vigente, especialmente en materia de consumo de bebidas alcohólicas en lugares públicos.
La excusa en esta ocasión para convocar el macrobotellón está en la festividad de San Lucas, patrono de la Facultad de Medicina, que se celebra hoy, aunque el decano, Ricardo Rigual, insiste en desvincularlo. De hecho, afirma que este tipo de 'eventos' están desprestigiados en el propio centro.
Lo cierto es que la mayor parte de los jóvenes que se reúnen en estos botellones no son precisamente universitarios, y los que van pertenecen a cualquier escuela o facultad, y muchos de ellos son bachilleres menores de edad. La situación ha degenerado tanto que la asociación de vecinos del barrio Belén ha solicitado a los responsables de la UVA que impidan las consecuencias negativas del botellón para los vecinos.
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