sábado, 24 de octubre de 2009

La acusada de matar a su marido recurre por falta de pruebas


La mujer acusada de matar a su marido, un alto ejecutivo del BBVA que murió de dos disparos en el pecho, ha recurrido su procesamiento por falta de pruebas y porque el juez solo ha tenido en cuenta los indicios que la incriminan.

El abogado de la acusada, Manuel Castaño, ha dicho hoy a Efe que ha recurrido el auto de procesamiento porque se basa en el testimonio de un tío de la acusada, al que supuestamente confesó el crimen, pero que es una persona con un trastorno de la personalidad por el que lleva varios años en tratamiento.

El juez de Sanlúcar la Mayor (Sevilla) ha dado por concluida la investigación y ha procesado a la acusada N.C.S. por el asesinato de su ex esposo Andrés Toro Barea el 15 de junio de 2008, a la vez que le ha impuesto una fianza de 524.187 euros para hacer frente a las futuras indemnizaciones.

El juez no ha tenido en cuenta las distintas versiones de este testigo ni sus declaraciones sobre otras personas que entraron aquella tarde en la urbanización "La Juliana" de Bollullos de la Mitación (Sevilla), según la defensa, que ha recurrido el procesamiento ante el miSegún la defensa, el juez ha dado credibilidad al vigilante de seguridad de la urbanización donde ocurrió el crimen solo en los aspectos que perjudican a la procesada, pues ha declarado que la vio entrar en su coche a las 15.30 horas del día del crimen y salir una hora después.smo juez y subsidiariamente ante la Audiencia provincial.
La mujer, que permanece en prisión incondicional desde su detención el 31 de julio, está acusada de delitos de asesinato, tenencia ilícita de armas, revelación de secretos por haberse apoderado de fotos y cartas íntimas de la víctima y haberlas mostrado a sus hijos y familiares, y un último delito de allanamiento de morada por entrar sin autorización en su chalé.

El fallecido, de 59 años, era jefe para Andalucía occidental del Centro Especial de Recuperaciones (CER) del BBVA, que gestiona el cobro a morosos, y fue hallado por un compañero del banco, extrañado por su ausencia del trabajo.

Según el auto de procesamiento, la separación del matrimonio había sido conflictiva, con "escándalos mayúsculos", discusiones en público y amenazas de muerte.

Sostiene el juez que N.C.S. entró con las llaves que aún conservaba, sorprendió a su marido viendo la televisión después de comer y le disparó dos veces al tórax, causándole heridas que no eran mortales de necesidad pero que provocaron su muerte por hemorragia.

Tras una "minuciosa limpieza" del lugar del crimen, la procesada "rebuscó en los cajones" para aparentar un robo, se apoderó del móvil de su ex esposo y regresó a Sevilla, donde arrojó el revólver al río Guadalquivir.

El juez señaló como una de las pruebas del crimen la declaración de J.J.F., tío de la acusada que le había regalado el revólver, a quien N.C.S. le reveló datos que estaban "exclusivamente el alcance de quien estuviera en el lugar de los hechos" como su entrada por la cocina o la existencia en el despacho de fotos de mujeres.

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