El juez ve probado que la mujer practicó sexo con un vigilante de seguridad por 'webcam' ante la mirada de la menor
M. J. O. G., una madre de 25 años, ha sido condenada por el Juzgado de lo Penal número 4 a un año de prisión por un delito de exhibicionismo cometido al acceder a un chat de contenido pornográfico en presencia de su hija, de sólo dos años de edad. Los hechos se remontan al verano de 2005. La sentencia considera probado que la encartada empezó a contactar con terceras personas que conocía a través de un chat e intimaba con ellas por videoconferencia.
Entre ellos, se encontraba un vigilante de seguridad de la Universidad Carlos III de Madrid, que también ha sido condenado a nueve meses de prisión por exhibicionismo. Según la resolución, en diversos días de los meses de julio y agosto de aquel año, los encartados, a pesar de que la niña estaba presente, se despojaron de sus ropas y se exhibieron. El juez considera probado, además, que en una ocasión se masturbaron.
La acusación particular, ejercida por el padre de la niña, exponía que la menor pudo sufrir "algún tipo de trauma", pues observó las escenas "llorando y requiriendo la atención de su madre, haciendo ésta caso omiso". Según el letrado, la niña padeció alteraciones en su conducta o cuanto menos confusión, ya que no distinguía entre su padre y los interlocutores de la red. La menor, según esta teoría, presentó trastornos en el sueño, inquietud y síntomas de angustia. En la actualidad, la guarda y custodia la ostenta el padre en virtud de una sentencia del juzgado de familia.
Los hechos salieron a la luz después de que la pareja de la procesada, informático de profesión, instalara diversos programas de control de acceso y de conexión de los ordenadores que tenía en su vivienda y que usaba M. J. O. G. "con total libertad", según la sentencia. Descubrió, de esta manera, el comportamiento sexual de la encartada.
Durante el juicio, la mujer reconoció que su hija solía "andar por allí" cuando se conectaba a internet, y asumió que incluso en ocasiones se desnudaba y que usaba diversas conexiones a chat para satisfacer sus deseos sexuales. No dio explicaciones, sin embargo, al ser preguntaba por qué la niña aparecía en una de aquellas sesiones. El vigilante, por su parte, negó haberse masturbado en presencia de la menor, si bien reconoció haber proferido a través del micrófono "toda una serie de comentarios sexuales".
No hay comentarios:
Publicar un comentario