martes, 28 de julio de 2009

La demanda de alarmas aumenta en torno al 25% de cara al verano


Las empresas de seguridad reconocen que en los meses de mayo y junio ha habido más interés por proteger sus viviendas pensando en las vacaciones
Las vacaciones de verano suponen unos días de descanso para buena parte de la población, pero hay quienes aprovechan esos días para trabajar. Sus oficinas están ubicadas en las casas de los demás y las herramientas varían en función de la modalidad de turno. Son los profesionales de lo ajeno y durante el verano aprovechan la ausencia de las familias que se decantan por otro lugar para pasar sus periodo estival.
Sin embargo, cada vez son más las personas que deciden dificultar el camino a los ladrones y se decantan por colocar alarmas o circuitos de seguridad en sus viviendas. De hecho, las empresas de seguridad consultadas por este diario reconocen que durante los meses de mayo y junio ha aumentado el número de instalaciones de alarmas a nivel residencial en torno al 25 e incluso el 30 por ciento. «La idea es tenerlas instaladas antes de irte de vacaciones ya en julio o agosto», explica el director técnico de Acecho en Albacete, Ricardo Jiménez.
No obstante, en esta ocasión el incremento ha sido menor que en otros años como consecuencia de la crisis. Un fenómeno que también tiene repercusiones en este sector, como reconoce el gerente de Fénix Seguridad, Daoix Bonilla, quien también explica que para ellos este verano el aumente ha sido mínimo.
De hecho, el director comercial de Secisa, Luis Miralles apunta que «el sector residencial es uno de los más castigados por la crisis por eso la inversión en seguridad ha disminuido porque en principio no es prioritaria». No obstante, explica que en materia de seguridad en viviendas se dan «dos repuntes al año, uno en Semana Santa y otro en verano», coincidiendo con los periodos que mayor desplazamientos generan.
Después de un robo
Miralles también señala que la mayoría de las demandas de sistemas de alarmas están ocasionadas por sucesos concretos: «La gente viene a interesarse por las alarmas cuando han robado en la casa del vecino, en la misma calle o en algún sitio cercano». No obstante, reconoce que «se pueden poner alarmas por dos motivos, ese es uno y el otro es tener dinero». También hay residencias que las llevan incorporadas como apunta el director administrativo de Seguridad JCH, Jesús Manuel Castillo: «En las zonas residenciales cada vez más el constructor incluye las alarmas y nos subcontratan a nosotros».
En cualquier caso, Castillo añade que en las viviendas particulares la gente está más interesada en proteger su propia seguridad que en evitar un robo: «La gente quiere estar tranquila cuando se quedan en sus casas solos y por eso es muy frecuente que te pidan que coloques los teclados en las habitaciones».
Además, insiste en asegurar que las residencias donde más alarmas se colocan son los chalet, los adosados o las parcelas, «muchas más que en los pisos». Una idea que comparte Luis Miralles aunque matiza que «cada vez son más los propietarios de pisos que se decantan por colocar una alarma».
Naves y comercios
Por su parte, en lo que se refiere a naves o comercios también ha aumentado la demanda de alarmas durante estos meses, aunque sobre con el telón de fondo de la crisis, porque «hay movimientos y robos en algunos polígonos y eso hace que la gente se interese más por las alarmas», explica el director administrativo de Seguridad JCH.
Además, Castillo apunta que en estos sectores más que la seguridad personal, como ocurre en el residencial, lo que se busca con la colocación de alarmas es evitar directamente los robos o pillar a los delincuentes. De hecho, explica que para ello se contratan otros tipos de sistemas, «se protegen las naves con circuitos cerrados, cámaras de seguridad y otros elementos».
En cualquier caso, las empresas consultadas explican que muchas de las personas que quieren colocar alarmas primero piden consejo y asesoramiento «no sólo económico», como indican desde Seguridad JCH. Aunque «los hay que tienen muy claro lo que quieren y que no necesitan información», reconoce Castillo. Pero en ambos casos, lo fundamental es instalar un sistema «con una buena conexión a una central de alarmas», según Miralles.
El objetivo, después de todo, es irse a de vacaciones y que la mente descanse con el cuerpo sin necesidad de estar todo el día pensando sí cuando vuelvas a casa estará todo en su sitio.

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