miércoles, 22 de julio de 2009

Interior frena la incorporación de nuevos ertzainas a los servicios de escolta


Ultima un plan para asignar progresivamente esas labores a guardaespaldas privados y dedicar más efectivos a las patrullas
La medida se irá aplicando en función de la amenaza de ETA
El Departamento de Interior pretende reorganizar todos los servicios de escolta para poder sacar más ertzainas a la calle y hacer frente a la situación de inseguridad que comienza a convertirse en preocupante en diversas localidades vascas. La reforma, en este sentido, parte de la grave situación a la que se enfrentó el equipo socialista al llegar al Departamento de Interior, en la que se descubrió la ausencia de 260 ertzainas en la plantilla de 8.000 agentes, ya que la anterior consejería no había cubierto las bajas definitivas, y los puestos de los fallecidos o expulsados del cuerpo. Esta carencia de ertzainas, además, se agrava con un sistema de trabajo en el que los agentes realizan un elevado porcentaje de tareas burocráticas y, por lo tanto, no se dedican a la prevención policial en la calle. Y en ese contexto, los alcaldes de las capitales vascas y de grandes núcleos urbanos como Barakaldo han solicitado a la consejería un aumento de la presencia de agentes en la calle ante los graves problemas de delincuencia, en un momento en el que se prevé que la crisis económica aumente los conflictos de seguridad ciudadana. Uno de los ejemplos extremos de esta situación se ha vivido en las últimas semanas en Rentería, donde los vecinos han salido a la calle para protestar por el incremento de la delincuencia común y se han registrado brotes de xenofobia.
La consejería dirigida por Rodolfo Ares ha comenzado a aplicar medidas para paliar esta situación como anunciar una nueva promoción de ertzainas -que antes de un año no estará en la calle- o realizar un estudio de las necesidades administrativas de la Ertzaintza para poder dedicar a estas tareas a empleados civiles y así contar con más uniformados para aumentar las patrullas.
Ahora, el Departamento de Interior ha comenzado a estudiar la situación de los escoltas. En el País Vasco hay tres tipos de servicios de protección. El primero estaría encargado de manera histórica a los 'berrocis' -entrenados en exclusiva en la protección de personalidades-. El segundo lo integran los denominados 'acompañantes': ertzainas que realizaron un curso de protección y comenzaron a trabajar de guardaespaldas en los años 90, cuando ETA comenzó a asesinar a cargos del PP y del PSE. Y el tercero está en manos de agentes privados que comenzaron a realizar esta labor para las instituciones cuando la Policía vasca se vio desbordada por las demandas de seguridad.
La intención de la consejería es no incrementar el número de 'acompañantes', ya que supone detraer agentes de las labores de seguridad ciudadana. En muchos casos, además, implica tener a agentes activos realizando largas esperas que, en la práctica, se traducen en el consumo desorbitado de horas de trabajo. En el pasado, el propio Departamento de Interior llegó a pedir a este colectivo -formado por tres centenares de ertzainas- que prescindieran de sus vacaciones para no tener que suspender el servicio de escolta. Ello obligó a grandes desembolsos económicos, ya que ese tiempo de trabajo se compensa con el pago de horas extras. En ese sentido, la contratación de escoltas privados no resulta más cara que el pago de los servicios extras a los ertzainas, según las fuentes consultadas.
Mantener el contingente
Las mismas fuentes reconocen que los cambios en el despliegue de los escoltas dependerán siempre del grado de amenaza de la banda. La máxima aspiración de la consejería de Interior sería poder dedicar todos los 'acompañantes' a tareas de patrullaje, aunque en estos momentos eso no es posible por lo que reducir a medio plazo la actual cifra de escoltas de la ertzaina se presenta complicado. Una de las cuestiones que marca todo este proyecto es la amenaza sin precedentes que ETA ha lanzado contra todo el Gobierno vasco y que implica el aumento de cargos protegidos.
El diseño final previsto por la consejería sería dedicar a los 'berrocis' a aquellos casos que por cargo institucional o por un mayor grado de amenaza requieran de este tipo de alta protección, mientras que el resto de vigilancias dependería de empresas privadas. Rodolfo Ares ya anunció en el Parlamento que su intención es crear un servicio de formación para los escoltas privados.

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